Por Guillermo Cherashny.-

Gran escándalo se armó anteayer por un editorial de La Nación donde se destaca que hay presos políticos en Argentina. Se trata de condenados, procesados y detenidos mayores de 70 años e integrantes de las Fuerzas Armadas, a los cuales se les niega la prisión domiciliaria.

Si bien hay un fallo de la Corte que abrió estos juicios por violaciones cometidas entre 1976 y 1983 y el citado editorial dijo que hay condenados, procesados y detenidos por testigos de oído o bien directamente truchos, que van a declarar a esos tribunales aparentemente ordinarios pero que en realidad son tribunales especiales. Fiscales ad hoc nombrados a tal efecto, que cometieron muchas injusticias. Y se condenó, procesó y detuvo sin pruebas. No hay ningún tratadista del derecho penal que diga que con pruebas endebles, por lo cual es indispensable investigar y reparar.

Hay un caso muy grotesco en el que un ex detenido desaparecido denunció que un capitán de navío Giachino lo había torturado. El tribunal ordenó investigar y, cuando se dieron cuenta de que era el capitán Giachino que murió cuando Argentina retomó las Islas Malvinas, fue evidente que querían manchar su memoria.

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