Por Carlos Tórtora.-

La contundencia de los alegatos de los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola en el juicio de la obra pública de Santa Cruz impactó en la opinión pública y el mundo político. De hecho, casi toda la dirigencia opinaría que la condena de Cristina Kirchner es casi inevitable. Pero el impacto más novedoso son las pruebas presentadas por Luciani sobre la participación decisiva de Máximo Kirchner en la ejecución de numerosas obras. Todo indica entonces que aquél se encamina a su procesamiento, aunque cuenta con fueros como diputado nacional. Con este panorama judicial por delante, los Kirchner tenderían a concentrarse en el bastión bonaerense, donde el año que viene CFK podría ser electa senadora y Máximo reelegir como diputado. De hecho, los amagues públicos hechos por La Cámpora en relación a la candidatura a presidenta de aquella cesaron por completo.

A todo esto, en el círculo de poder de La Plata, se habla de la perspectiva electoral y allegados a Axel Kicillof empiezan a descartar el desdoblamiento de las elecciones provinciales. Es que Cristina, si opta por la senaduría, necesitaría de todo el apoyo del aparato del PJ bonaerense, que lidera ahora un Máximo cascoteado por Luciani.

Kicillof apuntaría a su reelección, acompañado tal vez por Martín Insaurralde como vice.

Esperando a Massa

Mientras tanto, la lucha por la candidatura presidencial del Frente de Todos está paralizada por el factor Massa. Un éxito de éste como ministro en los próximos 60 a 90 días lo colocaría al borde de ser candidato, aun cuando nada indica que ella lo vea en ese rol. La realidad es que, a un año de las PASO, ningún candidato oficialista mide como para ser competitivo, excepto la vicepresidenta.

Como esta última sabe muy bien, a más tardar a fin de año el FdT está obligado a colocar en carrera a un candidato que acorte la distancia que le lleva JxC. De no conseguirlo, aquél se arriesga a quedar a la par de Javier Milei.

Share