Por Carlos Tórtora.-

El fallo de la Corte Suprema sobre el per saltum presentado por los camaristas Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli fue un baldazo de agua fría para la oposición, que imaginaba un escenario de conflicto de poderes entre la Justicia y el Legislativo y el Ejecutivo, lo que finalmente no se dio. Al resolver que los traslados de los jueces en cuestión deben ser considerados como transitorios, la Corte no sólo satisfizo la postura de Cristina Kirchner sino que abrió una carrera en el Consejo de la Magistratura para la realización de los concursos por los cuales se designará a los que reemplacen a los magistrados en cuestión. En las oficinas de Horacio Rodríguez Larreta el fallo del máximo tribunal fue tomado como un mal presagio. Es que la Corte debe fallar sobre la acción de amparo presentada por el gobierno porteño pidiendo una medida cautelar que deje sin efecto el reciente recorte del 1% de la coparticipación correspondiente a la Ciudad. Si los ministros de la Corte optaron por la máxima prudencia al decidir sobre los jueces, más aún profundizarían esta tendencia al resolver sobre los fondos que le fueron quitados a la administración porteña.

¿Contra la Corte?

En la vereda opositora, una de las decisiones a tomar es si extender a partir de ahora la critica a los ministros de la Corte, por ejemplo en el banderazo que se convocó para este domingo. La acusación sería obviamente el no haber preservado la independencia en un leading case como es fue el per saltum de Bruglia y Bertuzzi, quienes deben optar ahora entre competir en un concurso por los cargos que ocupan o renunciar a los mismos, lo que profundizaría más aún las heridas abiertas.

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