Por Guillermo Cherashny.-

Al contrario de lo que se piensa, la desaparición de Santiago Maldonado, ya sea por imprudencia de la Gendarmería o porque fue herido de muerte en otras circunstancias que no tienen que ver con las fuerzas de seguridad, le será muy útil al gobierno para consolidar su posición en las elecciones de octubre próximo, aunque todavía faltan más de 45 días.

Los desmanes producidos por los mapuches en el Bolsón contra la Gendarmería y en un edificio similar, en el Círculo de Suboficiales de la Gendarmeria en Venezuela y Tacuarí, por encapuchados vinculados a la izquierda o movimientos sociales para querer comparar al presidente Macri con la dictadura de Videla son una verdadera caricatura que no resiste el menor análisis.

Estos hechos de violencia generan miedo en una sociedad que no quiere que se vuelvan a repetir, y más fogoneados por los mapuches, un pueblo originario que desconoce la nacionalidad argentina y que tiene actitudes terroristas, y que hará que la opinión pública reclame que sean reprimidos dentro del marco de la ley con toda la dureza posible.

El apoyo del cristinismo a estos hechos de violencia a priori lo descoloca ante las elecciones de octubre próximo y fortalece el accionar del gobierno dejando en el olvido la situación económica que, por ahora, es sólo un rebote de lo que se perdió el año pasado.

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