Por Guillermo Cherashny.-

Tal cual anticipamos, el gobierno nacional mantendrá a Gustavo Arribas como jefe de la AFI porque, si le suelta la mano, abriría las puertas a una investigación sobre el soterramiento del Sarmiento, una obra faraónica por un costo exagerado sólo comparable a los que hacía Lázaro Báez, que justamente fue socio de Angelo Calcaterra en varias licitaciones y que ahora lidera el consorcio adjudicatario.

Como pasó con el asesinato del fiscal Alberto Nisman -del que se cumple otro aniversario el 18, aunque en realidad fue el 17-, el juez Canicoba Corral en esa oportunidad, coincidiendo con el cristinismo, tiró el honor de Nisman a los perros, ahora ya sobreseyó de hecho a Gustavo Arribas al hacer declaraciones por radio que en un país serio servirían para su recusación.

En efecto, dijo que en el momento del hecho denunciado no era funcionario publico y, por tanto, no se puede hablar de soborno y, como anticipamos, ya tiene escrita su resolución diciendo que no hay delito en la denuncia de Carrió por averiguación de delito. El problema no es que Arribas zafe judicialmente sino el costo político del encubrimiento el delito político más cometido en nuestro país por las autoridades de turno. Al no separarlo del cargo -como se hizo con Gómez Centurión-, el gobierno paga costo político, porque es un íntimo del presidente.

El mail que envió una ejecutiva de cuentas del Credit Suisse en el sentido de que Arribas sólo recibió una transferencia de 74.000 dólares no tiene ningún valor probatorio, ni siquiera una testimonial de esa ejecutiva. Lo que corresponde es pedirle a Suiza el levantamiento del secreto bancario y rastrear todas las transferencias de la cuenta de Arribas y se dirigieron a otros lugares, pero es difícil que Carrió lo pida, aunque sí Margarita Stolbizer, que quiere llegar al final con este turbio caso.

La importancia de este asunto es que cuestiona que el presidente Macri quiera pasar de la plata al bronce -como dice Jorge Asís- y, si se suman los aumentos anunciados y la permisividad ante los manteros, el costo político que está asumiendo el gobierno es muy alto.

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