Por Carlos Tórtora.-

La sucesión de encuestas que le dan a Cristina Kirchner una posición competitiva para ganarle un eventual ballotage a Mauricio Macri envalentonaron en los últimos días a ella y su entorno. Desde el año pasado, el cristinismo se movió prudentemente en relación al resto del peronismo bonaerense, apoyando la conducción del PJ local en manos de un grupo de intendentes kirchneristas light encabezado por Gustavo Menéndez (Merlo) y Fernando Grey (Esteban Echeverría). Del mismo modo, el cristinismo impulsó la Comisión de Acción Política del PJ, un espacio en el que conviven José Luis Gioja, Alberto Rodríguez Saá y Menéndez con Andrés Larroque y Axel Kicillof.

Ahora, con el nuevo panorama que la ubica a su jefa como ganadora, el cristinismo estaría revisando su postura aperturista para llegar a la conclusión de que llegó el momento de concentrar al grueso del aparato peronista para su control. Para empezar, se suspendieron por el momento los encuentros “Hay 2019” que se realizaban periódicamente en algún municipio del conurbano. También el kirchnerismo congeló a la Comisión de Acción Política, cuya próxima reunión del 4 de agosto está en duda. Mediante esta maniobra, se les estaría enviando un mensaje a los que hacen política con un pie en el kirchnerismo y otro en los independientes: para seguir adelante deberán subordinarse.

Obviamente, el más golpeado es Menéndez, quien en abril pasado reconoció que le había propuesto a María Eugenia Vidal que se pusiera al frente del peronismo a través de una alianza electoral. Las aspiraciones de la gobernadora de quedarse con parte del peronismo representan el proyecto más peligroso para Cristina, que está buscando un candidato a gobernador competitivo para el año que viene y hasta ahora Felipe Solá y Verónica Magario encabezan la lista.

Los racionales avanzan

En la permanente batalla de posicionamiento que se da en el peronismo bonaerense, Miguel Ángel Pichetto está a punto de hacer una jugada ruidosa. El próximo 9 de agosto desembarcaría en el Teatro Metro de La Plata para un acto con la asistencia de dirigentes peronistas del interior de Buenos Aires. Una aproximación al trabajo con dirigentes del conurbano que sería el paso siguiente. Pichetto aparece como un armador que funciona entre Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey pero que tiene vuelo propio por su gravitación institucional en el Senado. Hasta el momento, el peronismo racional se abstuvo de mostrarse territorialmente en el peronismo bonaerense, salvo su alianza con Massa. Pero esto estaría también cambiando.

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