Por Guillermo Cherashny.-

Ya hemos señalado la capacidad de movilización del cristinismo, cuyo punto más alto fue cuando convocaron desde el mediodía del miércoles pasado, cuando le rescindieron el contrato a Víctor Hugo Morales, y en esas pocas horas movilizaron a Plaza de Mayo entre 15 y 18.000 personas para escuchar al periodista, que aprovechó la oportunidad para criticar al macrismo, lo que demuestra que un sector de la clase media porteña está muy enojada con este gobierno, al cual acusa de pertenecer a la derecha, cuando en realidad está desarrollando una política económica gradualista, y en el plano cultural y de medios públicos no recurre a intelectuales de derecha.

Lo que pasa es que La Cámpora y movimientos sociales que constituyen el cristinismo mostraron capacidad para convocar a plazas de la resistencia con Kicillof, Sabbatella y esta última de Víctor Hugo Morales, aunque contando con la ayuda de algunos intendentes bonaerenses que todavía aceptan el liderazgo de la ex presidente. Como ocurrió el otro día, cuando Juan Patricio Mussi, intendente de Berazategui, fletó 30 micros hacia la Plaza de Mayo.

La «resistencia» continuó el jueves a la noche en La Plata, donde el bloque del FpV, de 36 integrantes, se dividió en 16 del cristinismo y 20 del PJ, que fueron presionados por los 55 intendentes peronistas que necesitan fondos para funcionar, lo que dejó en minoría a La Cámpora y Juan José Mussi, padre del intendente alineado ellos.

A nivel nacional, también hay signos de rebeldía sobre la conducción de Cristina y hasta Jorge Capitanich dijo que no hay liderazgos indiscutidos, mientras José Luis Gioja y su sucesor Sergio Uñac se sumaron a Urtubey y Bossio que pretenden conducir el PJ del futuro y se reunieron con Sergio Massa, aunque éste no quiere participar por ahora, pero sí José Manuel de la Sota, que está en Bahía, Brasil, y que promete recorrer el país desde el mes de febrero.

Ayer en Jujuy fue detenida Milagro Sala por orden judicial por instigar a cometer delitos y tumultos en concurso real por organizar un acampe hace un mes y porque el gobernador Morales la corrió como intermediaria de planes sociales que iban a parar su organización y no a los beneficiarios, lo que le permitió manejar una organización de cooperativas en 7 u 8 provincias, subvencionados por el Estado para apoyar actos del FpV y, de paso, enriquecerse personalmente.

Esta detención movilizo al camporismo capitalino a organizar una marcha a la Casa de Jujuy en la Capital, lo que demuestra que el cristinismo quiere defender con movilización los privilegios ilegales que le concedió el régimen sin importarle si es legal o no y de este modo, con esta movilización permanente, el cristinismo puede superar al trotskismo como una secta de izquierda nacional de origen peronista pero con un PJ que cada vez más se aleja de la expresidente.

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