Por Sebastián Dumont.-

Sergio Massa y Margarita Stolbizer se mostraron juntos en Mar del Plata con la excusa formal de un encuentro para hablar de políticas en materia económica, laboral y social. Imposible no darle una lectura a futuro desde el punto de vista político electoral. Más cuando, por estas horas, el nombre del líder del Frente Renovador vuelve a ser seductor para muchos cristinistas desencantados que ahora buscan salirse lo más rápido posible de esas orillas espantados por el caso López, como si no supieran lo que pasaba con la obra pública. Sobre todo los intendentes. Allí Massa tendrá un gran dilema. Les abre la puerta a todos aquellos que quieran sumarse, como le sucedió tras ganar las elecciones de 2013, o privilegia un perfil más progresista con la posibilidad de armar fórmula con Margarita e, incluso, coquetear con que no se presentaría -algo muy difícil- en 2017.

Mientras Massa comparte escenario con Stolbizer en Mar del Plata, en San Isidro, los pagos de parte de la familia de su esposa Malena Galmarini, se cuñado, Sebastián, Senador Provincial fue uno de los organizadores de una misa para recordar el paso a la inmortalidad de Perón, que se produjo el viernes pasado. Y allí participaron integrantes del peronismo como intendentes enrolados en el Frente Para la Victoria. Las escenas son la explicación misma del dilema por delante que tiene Sergio Massa, a quien las encuestas lo ubican como el opositor con mayores posibilidades electorales, siempre al día de hoy.

Pero cerca de Massa dicen que “ya aprendió” y que, ante la bomba neutrónica que significó para el kirchnerismo el caso López, se habrían encendido las alarmas y muchos ya miran de vuelta el horizonte de Tigre para buscar un refugio que les permita un 2017 en sus territorios con mayor tranquilidad. Mucho más cuando la opción Florencio Randazzo no termina de cobrar cuerpo.

Gabriel Katopodis y Martín Insaurralde, los intendentes que varios dan como los abanderados del randazzismo, quizá a esta altura lo sean más del massismo. Por una lógica cuestión. Nadie quiere jugar a perdedor.

El tema pasa ahora por qué decisión adoptará Massa. ¿Abrirá la tranquera de su espacio para que se acumulen kirchneristas desencantados que hasta ayer hablaban loas del Modelo, o prevalecerá su idea de un frente más plural? Si hubiera que guiarse por los gestos, la respuesta sería esto último. En las últimas horas, habilitó a Sebastián Galmarini y Jorge D’Onofrio, por mencionar sólo dos casos, a que compartan actos peronistas, pero él prefirió guardarse y enfilar hacia otros rumbos. Como su foto en Mar del Plata.

No es un dato menor esta incógnita que presenta hacia adelante Massa, porque será clave en la conformación del tablero político bonaerense. Y que quede claro, el 2017 será solo una idea muy lejana de cómo se alinearán los planetas rumbo al 2019. Aunque es inevitable.

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