Por Guillermo Cherashny.-

El programa de Jorge Lanata que potenció el nuevo narcoescándalo ya le hizo bastante daño electoral al Frente para la Victoria, alcanzando a Daniel Scioli y mucho más a Aníbal Fernández. Éste llevaba una importante ventaja sobre Julián Domínguez que ahora, hilando fino, habría disminuido a 3 puntos. Con el apoyo de buena parte de los intendentes del conurbano, es probable que el presidente de la Cámara de Diputados pueda ganar finalmente la elección, aunque si lo logra sería por diferencia mínima. Un dato a tener en cuenta es que Mauricio Macri no habría capitalizado prácticamente nada del capital en votos que perdió Scioli y hasta algunos sostienen que bajó un punto. Así las cosas, el promedio de una canasta de encuestas le da a Scioli entre 36 y 38%, a Cambiemos entre 28 y 30% (con Macri en no más del 26%). La sorpresa la podría dar UNA, en la cual Massa y José Manuel de la Sota podrían alcanzar el 22%. En el massismo rebrotó el optimismo perdido y hay quienes apuestan a que Massa le ganará la provincia de Buenos Aires a Macri (no a la sumatoria de CAMBIEMOS). Por ejemplo, una encuesta terminada ayer en la localidad de San Miguel le da a Scioli 37%, a Massa 32% y a Macri 19%, lo que podría indicar una baja importante de éste en la primera sección electoral. Ayer Fabián Perechodnik de Poliarquía predijo lo contrario, es decir, que María Eugenia Vidal podría terminar haciendo una brillante elección.

La tercera fuerza

La levantada de Massa no alcanzaría al interior bonaerense, donde predomina el PRO, pero si su crecimiento se confirma en el conurbano, en UNA pensarían que están en condiciones de disputarle a CAMBIEMOS el segundo lugar en la provincia. También se detectó un importante crecimiento de José Manuel de la Sota en las regiones Centro, NOA y NEA. El alcance concreto de este rebote de Massa y De La Sota es una expectativa que todavía no puede precisarse en números. Sí se va afirmando una tendencia a que la polarización para la primera vuelta sea más bien atenuada. El desafío de Massa, obviamente, será a partir del lunes próximo conservar su capital electoral en la primera vuelta, con lo cual obtendría muchas bancas de diputados. Yendo más lejos, las crecientes complicaciones de Scioli bien podrían condenarlo a disputar un ballotage. En ese caso, al menos por ahora, a Macri parece faltarle elasticidad en su discurso para ganar la segunda vuelta sumando votos peronistas. Aunque es muy temprano para hablar de esto ya que, ante la emergencia del ballotage, experiencia inédita en la Argentina, toda la oposición se verá obligada a reconversar todo.

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