Por Carlos Tórtora.-

Espiado como pocos candidatos a presidente lo han sido, el entorno de Daniel Scioli está hoy bajo la lupa de la AFI. El motivo no es sólo encontrar vulnerabilidades que puedan serle útiles al cristinismo durante la campaña electoral, sino también apuntar al 11 de diciembre, si es que el Frente para la Victoria termina quedándose con el gobierno.

CFK ya estaría hecha a la idea de que la docilidad de Scioli se irá terminando a medida que se acerca su chance de acceder al poder. Por lo tanto, las escaramuzas con el cristinismo por los espacios de poder y la continuidad o cambio de las políticas de gobierno son ya un horizonte casi inevitable.

Por estos motivos, cualquier vulnerabilidad en la pequeña pero heterogénea corte que el gobernador bonaerense convoca en La Ñata es motivo del mayor interés. Los operadores mediáticos del cristinismo, avezados en campañas sucias, saben cuánto pueden valer ciertos datos sensibles cuando se están tomando decisiones políticas fundamentales.

Uno de los más investigados es un personaje mediático, el histórico médico que cuida a Diego: Alfredo Cahe. Es conocido como «el médico de las estrellas» y atendió entre otros a Gerardo Sofovich y ahora a Nazarena Vélez. Hace muchos años que oficia de vocero de Maradona cada vez que tiene algún problema de salud.

Alfredo Cahe es uno de los profesionales de la medicina más mediático. Junto al doctor Claudio Zin, Alberto Cormillot y el ahora caído en desgracia diputado Eduardo Lorenzo Borocotó, Cahe está entre los más selectos especialistas de consulta por los periodistas.

Con su pelo abundante, que cuida religiosamente, su postura erguida y su ancha boca, es una de las pocas personas que sabe realmente cuál es el estado de salud del máximo ídolo del fútbol mundial.

Se hizo conocido, justamente, por ser el médico personal de Diego Armando Maradona y, teniendo en cuenta los últimos años del “diez”, supo ser su vocero cada vez que tuvo problemas de salud, que no fueron pocos.

Medido y cuidadoso al hablar, respetuoso con los medios y conocedor (y hasta amigo) de muchos periodistas, Cahe no deja de ser un referente a la hora de una consulta por algún tema relacionado con la medicina general. Sin embargo, en el ambiente profesional no es reconocido por sus colegas por sus publicaciones científicas ni por su desempeño en hospitales o clínicas privadas. Su punto fuerte es el tratamiento de adicciones.

Mucho más seguido por sus peripecias judiciales, Luis Alberto Peluso, “Chiche” para sus amigos, fue interventor del Instituto de Lotería y Casinos de la provincia de Buenos Aires. Fue nombrado por su amigo, el gobernador Daniel Scioli, para cumplir una misión muy clara: facilitar el desembarco del “Zar del Juego”, Cristóbal López. Las firmas que siempre han controlado el juego en la Provincia, Codere y Boldt, toleraron al funcionario de “tachable” prontuario, pero en privado lo acusaron de ser un “empleado de Cristóbal López”. Los gremios históricos del Hipódromo de La Plata estuvieron indignados con Peluso. En privado sostienen que “fuimos apretados para firmar un acta donde avalábamos el ingreso de las tragamonedas al Hipódromo a cambio de no trabarnos el subsidio que mensualmente recibimos de Lotería”. Cabe la aclaración de que el mencionado subsidio les corresponde por ley y lo utilizan para brindarles servicios sociales a sus afiliados. El sindicato amigo-socio de Peluso es la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), que en La Plata comanda el diputado provincial y empresario Carlos Quintana. Ante la acumulación de denuncias y situaciones escandalosas, Peluso debió resignar su cargo pero continuó siendo el operador del juego en las sombras de Scioli.

Actualmente, la justicia en lo penal tributario lo investiga por lavado de dinero y evasión tributaria en el casino flotante de Puerto Madero. Se descuenta que sigue siendo un hombre clave en el manejo de la caja. Su historia con Scioli viene de lejos y del riñón menemista: en Punta del Este, solía compartir partidas de póker con Carlos Menem, Gerardo Sofovich y Armando Gostanian. Pero Peluso no sólo se limitó a jugar al póker con el menemismo, sino que también realizó espurios negocios que le permitieron amasar una suma millonaria. El diputado del ARI Walter Martello elaboró un interesante informe donde dice al respecto que “se rumorea que el empresario y hoy funcionario sciolista tiene más de 150 millones de dólares”. Linser S.A., una empresa de servicios de limpieza que presidía Peluso, fue proveedora del Gobierno menemista. Trabajó con María Julia Alsogaray en ENTEL, y Víctor Alderete en el PAMI, y fue denunciado por la Oficina Anticorrupción (OA) por cobrar montos tres veces más altos de lo que le correspondía.

Las nuevas caras

En pleno ascenso en el entorno sciolista, Guillermo ‘El Gordo’ Scarcella, presidente de Aguas Bonaerenses S. A. (ABSA).

Guillermo Scarcella fue señalado por varios funcionarios nacionales del Ministerio de Planificación como un ‘ausente de reuniones importantes’. Lo curioso e incomprensible es que Scarcella, íntimo del gobernador Daniel Scioli, se habría ausentado de concurrir a esos encuentros porque viajaba una semana a España a ver la final de la Copa Davis, que se desarrolló en noviembre.

En ese marco, “El Gordo” Scarcella fue objetado por varias organizaciones de derechos humanos en La Plata a los pocos días de asumir el cargo. Y en lo últimos tiempos han sido abundantes los reclamos de diferentes municipios por el ‘horroroso servicio’ que ofrece la empresa. Así, por ejemplo, el municipio de Esteban Echeverría, producto de los reclamos y denuncias por falta de suministro y pérdidas de agua efectuadas por usuarios, intimó a Aguas Bonaerenses S. A. (ABSA), con el objetivo de que se “arbitren los medios tendientes a regularizar la prestación del servicio de agua potable, la baja presión y la solución de los problemas a la mayor brevedad”.

Asimismo, se intimó a que provean de bidones de agua apta para consumo y/o reparto del servicio esencial a los afectados de los barrios denunciados, entre los que se encuentran: Santa Rosa, Villa Vatteone, Mayol, La Esmeralda, Bosques Norte, Presidente Sarmiento, López Romero, Altamira, Ricardo Rojas, Villa Arias, Zeballos, Villa Esther, Santo Tomás, San Francisco, Monte Cúdine, entre otros.

En caso de persistir tal situación, el municipio evalúa la posibilidad de iniciar una acción de amparo.

Otro caso es el de Presidente Perón, que le solicitó a la empresa provincial que presta el suministro de agua y que adopten las medidas necesarias, a fin de garantizar el normal funcionamiento del servicio.

Scarcella está casado con la hija del ex Ministro del Interior de la última dictadura Albano Harguindeguy, quien sería amigo del conocido juez federal Jorge Urso, denunciado por presunto «mal desempeño en sus funciones» por sobreseer a policías que fueron señalados por el supuesto armado de una causa judicial.

También se comenta en las distintas oficinas de ABSA que Scarcella habría sido uno los principales hombres de confianza del ex juez Carlos Branca, ex magistrado federal procesado por contrabando y asociación ilícita, siendo destituido por el Congreso a fines de 1997, después de que fuera filmado por una cámara oculta donde hablaba sobre maniobras de contrabando en la Aduana de Ezeiza. Hoy, su as en la manga es su estrecha relación de negocios con el Juez Federal Rodolfo Canicoba Corral, operador de Scioli en la justicia federal y uno de los candidatos a presidir la AFI.

En este variopinto entorno también vale mencionar la amistad del gobernador con Jorge Garbarino, uno de los dueños de la cadena de electrodomésticos que competía en otros tiempos con Casa Scioli.

Por último, el chofer del ex motonauta, Rubén Mousalli, de bajísimo perfil, lo viene acompañando en muchos viajes y algunos ya lo nombran como el futuro Ramón Hernández, por su estilo silencioso y omnipresente.

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