Por Carlos Tórtora.-

Mauricio Macri permanece en un llamativo silencio desde hace varias semanas, silencio al que Patricia Bullrich llamó patriótico. Pero se especula en el PRO con que sería inminente su reaparición pública para contestar las denuncias efectuadas por la interventora de la AFI Cristina Camaño por el espionaje ilegal que habría realizado la AFI durante la gestión de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, ante el juzgado federal de Lomas de Zamora que encabeza Federico Villena.

Se trata del segundo escándalo por espionaje ilegal que implica al expresidente. El primero estalló en el 2015, cuando la justicia descubrió una organización ilegal -dirigida por el espía Ciro James- que se dedicaba a intervenir teléfonos, entre los mismos, el del dirigente de la colectividad judía Sergio Burstein. También Macri y sus funcionarios de inteligencia habrían ahora espiado, entre otros macristas, a Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo, mientras que en el caso anterior le tocó ser espiado a Néstor Daniel Leonardo, ex cuñado del ex presidente.

El nuevo escándalo tomó vuelo al descubrirse en la AFI que no solamente fueron espiados políticos sino también 403 periodistas, lo que le asegura al tema una difusión sostenida.

Lo que faltaba

La información de que Larreta, Vidal y Ritondo fueron espiados surge en un momento especialmente sensible de las relaciones del larretismo con el círculo macrista. El jefe de gobierno porteño aparece, de cara a la crisis de la pandemia, como un aliado del gobierno nacional, desestimando así tácitamente el tono de fuerte oposición que tanto Macri como Patricia Bullrich quisieron darle a su discurso de los últimos meses. Como es obvio, Larreta hizo lo que sabe hacer: privilegiar la gobernabilidad por sobre la construcción opositora, aun con el riesgo de que la identidad opositora de Juntos por el Cambio se vea diluida.

Dos días atrás, otro dirigente de primera línea, el intendente de Vicente Lopez Jorge Macri, arremetió contra Axel Kicillof acusándolo de no querer abrir la economía planteando condiciones imposibles para que se flexibilice la cuarentena. Kicillof aparece hoy estrechamente ligado a Larreta en el manejo de la crisis sanitaria del AMBA.

En fuentes próximas al jefe de gobierno porteño sostienen que el descubrimiento de que Macri lo espiaba habría enfriado aún más las relaciones entre ambos.

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