Por Carlos Tórtora.-

Cuando Mauricio Macri optó por jugarse el todo por el todo realizando actos con su presencia en 30 ciudades, quemó las naves, asumiendo así la plena responsabilidad por el resultado que obtenga Juntos por el Cambio. Esta personalización de la campaña, en caso de ser exitosa, lo llevaría a un ballotage en condiciones heroicas y con la tendencia revertida a su favor. Obviamente, en caso de un fracaso del “Sí se puede”, la responsabilidad caería también por completo sobre el presidente. Aunque todavía es temprano para una evaluación definitiva, antes del próximo fin de semana se conocerían las primeras mediciones, que incluyen la primera semana del “Sí se puede” y las mismas -según trascendió- confirmarían un aumento de la diferencia a favor de Alberto F del orden de los 20 puntos. Es decir, un aumento de la brecha con Macri, estancado en los 32 puntos. De ser ésta la tendencia definitiva, el “Sí se puede” sólo habría servido para consolidar el voto del núcleo duro del macrismo pero de ningún modo para recuperar sectores de la clase media que se pasaron al Frente de Todos o votantes independientes.

Vientos de cambio

El retorno de Macri de la marcha con las manos vacías de resultados concretos tendría su impacto en la interna de Olivos. Macri ingresaría a la breve etapa de transición en pésimas condiciones para sus últimos días de gobierno y no menos que esto en lo que respecta a su rol como eventual jefe de la oposición.

De haberse impuesto en la primera vuelta o en el ballotage, si lo hay, Horacio Rodríguez Larreta estaría bastante más entero que el presidente para conducir al macrismo en su peor momento. Ya el jefe de gobierno porteño dio señales en los últimos días, por ejemplo mencionando en varias reuniones que María Eugenia Vidal debería asumir como presidenta del PRO nacional. La realidad es que Larreta está sumando voluntades en el PRO y en la UCR para ser el jefe de la nueva oposición. Uno de los motivos por los cuales Macri pierde terreno es que le espera un incesante desfile por Comodoro Py para responder a la docena de causas por corrupción que lo involucran. La debilidad del jefe del PRO sería entonces mayúscula y más por cuanto un gobierno peronista no tendría demasiados pruritos en hacer valer su peso sobre los jueces federales. De más está decir que, si los resultados obtenidos el 27-O son inferiores a los del 11-A, Macri llegaría a ex presidente en condiciones de desastre.

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