Por Guillermo Cherashny.-

Hay una intensa campaña de la gobernadora Vidal, que está sumando a Cambiemos intendentes que ganaron con el Frente para la Victoria y en esa tarea se vale de Joaquín de la Torre, ex Frente Renovador, que maneja el importante distrito de San Miguel y ahora ocupa el Ministerio de Gobierno, y en conjunto con Manuel Mosca, el presidente de la Legislatura, han desplazado aparentemente a Federico Salvai del manejo político. Hasta ahora han sumado seis o siete intendentes del interior provincial, donde el cristinismo perdió muchos votos y se suman a Cambiemos para salvar sus concejos deliberantes. Pero si no se sumaran esos intendentes, los votos peronistas del interior es más probable que elijan a Sergio Massa que al gobierno. Y el interior bonaerense es importante, porque tiene más del 30% de los votos y allí el actual oficialismo ganó muy bien y seguirá ganado por la eliminación de retenciones, aunque hay algunas dudas por la falta de obras y las inundaciones e incendios, pero hay tiempo de recuperarlos.

El problema está en el conurbano, donde las mujeres temerosas de una posible gobernación de Aníbal Fernández votaron por María Eugenia Vidal pero hoy, ante el incesante aumento del costo de vida por la inflación y la inseguridad, esos votos volvieron al Frente Renovador y al cristinismo. De ahí que al día de hoy el conurbano sea un territorio complicado para el gobierno. Pero quizás pueda mejorar con las obras públicas y asustando con la vuelta al pasado, aunque hasta ahora sólo sumó intendentes peronistas pero no los votos de ese partido.

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