Por Guillermo Cherashny.-

La semana pasada nuevamente el Banco Nación siguió patinando más de la mitad de los 3000 millones de dólares que entraron por los Botes, lo nuevos bonos para extranjeros que le venden dólares al Tesoro que, a su vez, no se los vende al Central para no emitir. Como se sabe, esos Botes fueron suscriptos por los fondos Templeton a 5 y 8 años en pesos al 20% anual, con lo cual el primer año perderán una buena suma. Por eso el Macri está apurado por cerrar con el FMI y anunció un módico ajuste para la tribuna y sigue diciendo que la situación está muy bien, pese a que la economía empezó a caer y la inflación es imparable, por lo cual hay mucha bronca en la población, como se vio en las marchas del 25 de mayo y el viernes en la marcha federal.

El peronismo, que estaba resignado a perder en el 2019, ahora se agrandó por la tormenta cambiaria autogenerada por el gobierno, que no tiene ninguna credibilidad en los mercados y que le será difícil recuperarla, aunque alguna chance tiene. El gobierno, desesperado, sólo puede recurrir a agitar el fantasma de Cristina, que es a la única que hoy por hoy puede derrotar en primera vuelta y en un ballotage. Y decimos hoy, porque si esta crisis no termina, hasta CFK les puede ganar. Pero es el único argumento que tienen, porque seguir insistiendo con que todo está bien ya no sirve o mostrar la recaudación de mayo de 43%, o sea, por encima de la inflación, porque hubo una catarata de importaciones que no se va a repetir.

Así las cosas, tiene que firmar rápido el acuerdo con el FMI para finalizar la corrida cambiaria y dar alguna confianza a los mercados.

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