Por Guillermo Cherashny.-

El gobierno nacional mandó a Rogelio Frigerio, ministro del interior, a ofrecer obras públicas a los gobernadores Casas y Uñac, de La Rioja y San Juan respectivamente, quienes amenazaban con concurrir al congreso peronista de La Pedrera, en la provincia de San Luis, donde Alberto Rodríguez Saá recibió al kirchnerismo y a Hugo Moyano y, si bien bastantes sectores del peronismo se quedaron afuera de esa reunión, no se pusieron límites a nadie ni se habló mal de ninguno.

Ayer, en Hurlingham se reunió el peronismo bonaerense con su presidente, Gustavo Menéndez, y participaron los intendentes, Unidad Ciudadana, el massismo y el randazzismo, es decir, todos los sectores, donde se eligió como presidente del congreso a Fernando Espinoza y como secretario general a Julio Zamora, el alcalde de Tigre, alineado con Sergio Massa, de modo que ningún sector se quedó afuera y también se anunció que el bloque de senadores peronistas encabezados por Miguel Pichetto convocó a un nuevo sector para una reunión el 21 de abril en Gualeguaychú, donde los recibirá el senador Gustavino de Entre Ríos y adonde concurrirán los 25 senadores y numerosos dirigentes peronistas.

Tanto en Hurlingham como los seguidores de Pichetto hablaron de la unidad de todos los sectores y nadie descartó ni puso límites a otros peronistas, lo que constituye un serio avance desde las divisiones entre kirchneristas y peronistas ortodoxos y ahora hay que explorar de qué forma se elegirá el candidato a presidente para el 2019, donde ya se excluyó la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner.

El gobierno está muy preocupado, porque no logra salir del estancamiento económico y contaba a favor con la división del peronismo para ganar en el 2019. Pero parece que este último deseo no se la va a cumplir.

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