Por Guillermo Cherashny.-

Otra semana negra sufrió el gobierno nacional después de un fin de semana largo en donde se despertó el consumo que se durmió durante más de año y medio de pandemia de coronavirus y que tuvo éxito por el levantamiento de todas las restricciones que sin explicaciones dispuso Juan Manzur, el nuevo jefe de gabinete, que le trajo aire fresco a un gobierno aturdido por la catástrofe electoral de las Paso. Continuó con el anuncio del levantamiento parcial del cepo a la carne, que tardó en implementarse porque así lo dispuso Paula Español, la secretaria de comercio, una protegida de Axel Kicillof, lo que motivó su desplazamiento por el «gurkha» Roberto Feletti, que propuso un congelamiento de precios por 90 días. Este tiro en el pie fue seguido por la amenaza de Aníbal Fernández al dibujante Nik señalando el colegio donde concurren sus hijas que, para colmo, es de la colectividad judía, lo que obligó a Manzur a declarar que ese comportamiento fue desafortunado; para seguir con el nombramiento de Gabriela Cerrutti como vocera o portavoz del gobierno, que antes de asumir les dijo a los periodistas que no hablen más de escándalos o denuncias sin chequear antes con ella, o sea, dio lecciones de periodismo. Y el sábado, Rafael Bielsa, embajador en Chile, pidió la libertad del terrorista mapuche Jones Huala, con pena de prisión de 9 años en ese país, cuando faltan poco más de 20 días para la elección de senadores en la provincia de Chubut, una de las cuales cristina quiere dar vuelta.

A este paso, el aire fresco que trajo Manzur cada vez se calienta más y cabe preguntarse cuál es el próximo tiro en el pie que se pegará el gobierno.

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