Por Guillermo Cherashny.-

Ayer se realizó en la casa de Córdoba la reunión de fin de año de Alternativa Federal, que ya integran diez gobernadores aparte de Urtubey, Schiaretti, Pichetto y Massa y a cual se incorporó Gerardo Zamora, el gobernador de Santiago del Estero, donde gana por el 70% en todas las elecciones y que tiene los tres senadores nacionales y seis diputados nacionales. Si bien hasta ahora los candidatos de ese espacio son Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Pichetto, hay una posibilidad de un «tapado» y se trata del dueño de casa de la reunión de ayer. En efecto, Juan Schiaretti está muy bien en su provincia para ganar el 12 de mayo la elección para gobernador por una distancia considerable y hoy las encuestas le dan entre 12 y casi 20 puntos de diferencia sobre Negri, Mestre o Baldassi. Es que el sorpresivo fallecimiento de José Manuel de la Sota le hizo subir más del 12% de intención de voto. Hay que recordar que Macri en el 2015 ganó esa provincia por 700.000 votos frente a Daniel Scioli y repetiría esos números si Macri se enfrenta, como dicen las encuestas, a Cristina. Pero si Schiaretti gana fácilmente esas elecciones, ante la decepción de los cordobeses con Macri y en donde la principal empresa Arcor dio pérdidas este año, se puede originar en Córdoba un «operativo clamor» para que el ganador compita por la presidencia en las PASO de ese año 2109. El actual gobernador fue secretario de industria de Menem y es un economista destacado y, como diría Macri, es un político que conoce cómo funciona el mundo y hasta se podría decir que es uno de los pocos hombres de estado para el establishment, que está muy disconforme con la gestión Macri. Clarín, el poderoso grupo de comunicaciones, ha sumado a Telecom al matutino Clarín y Cablevisión pero la grave situación económica tiró abajo sus acciones y sus inversiones y la figura de Juan Schiaretti sería para este grupo económico y para Techint y Arcor -las tres más importantes del país- una alternativa superadora de la polarización Macri-Cristina. Sólo quedaría que el gobernador electo les explique a sus comprovincianos que es mejor para su calidad de vida que él sea presidente de los argentinos que gobernador de su provincia.

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