Por Carlos Tórtora.-

Junto con la nueva estrategia del Banco Central para frenar al dólar y con la posibilidad de una baja de la inflación de abril, en la Casa Rosada se trabaja sin descanso en la operación para reflotar la candidatura presidencial de Macri. Obviamente Jaime Durán Barba es el principal operador de la maniobra y sostiene que el presidente está dejando atrás su peor momento para encaminarse hacia un repunte. Este renacer del optimismo oficial se basa en una serie de apreciaciones.

Para empezar, está la aceleración de la crisis en Venezuela. Un primer balance de la actual situación indicaría -según esta versión- que pese a la magnitud de las manifestaciones populares, Juan Guaidó fracasó en su intento de fracturar el frente militar del gobierno de Nicolás Maduro y que ahora podría endurecerse el régimen bolivariano. De ser así, una agudización de los enfrentamientos podría deteriorar al kirchnerismo, históricamente ligado al chavismo, aunque Cristina Kirchner guarda un prudente silencio.

En otro orden de cosas, el macrismo cree que el establishment local se estaría convenciendo de que apoyar la candidatura a presidente de María Eugenia Vidal conduciría a una mayor crisis porque Macri, una vez descalificado como candidato, ya no podría sostenerse en el poder.

También en la mesa chica de Macri creen que en la próxima Convención Nacional de la UCR prevalecerá la línea moderada y que la tirantez actual se solucionará mediante la elección de un radical como compañero de fórmula del presidente, que podría ser Martín Lousteau.

Massa y Lavagna, necesarios

También la situación interna del peronismo le daría motivos de optimismo al gobierno. Marcelo Tinelli estaría rechazando la invitación de Roberto Lavagna a ser su candidato a gobernador de Buenos Aires. El ex ministro de economía carece de una estructura territorial en Buenos Aires.

En realidad, al gobierno le interesa que tanto Lavagna como Sergio Massa mantengan sus candidaturas vigentes para dividir lo más posible el voto peronista.

Para Durán Barba, el crecimiento de CFK habría llegado a su techo y ahora se estaría amesetando.

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