Por Carlos Tórtora.-

El macrismo en el Consejo de la Magistratura de la Nación avanzó con una decisión con efectos políticos: aprobó la designación del juez que tendrá a su cargo las elecciones legislativas en 2017 en la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito en el país y clave para ganar cualquier comicio nacional.

Se trata de Juan Manuel Culotta, titular desde 2006 del juzgado federal de Tres de Febrero, que pidió su traslado definitivo al juzgado federal 1 de La Plata, que tiene la competencia electoral en la provincia de Buenos Aires.

Culotta es egresado del colegio «Cardenal Newman», el mismo al que fue el presidente Mauricio Macri y otros funcionarios del gobierno nacional, y es allegado a Pablo Clusellas, secretario de Legal y Técnica de la Presidencia y también egresado de la misma institución. La jueza federal María Servini de Cubría presentó de inmediato su renuncia a la subrogancia del Juzgado Federal 1 de La Plata a la Casa Rosada para llegar al cargo. El golpe de timón del gobierno para controlar el juzgado que controlará la elección decisiva causó malestar entre los funcionarios del juzgado electoral platense. Es que el personal enviado por Servini para reordenar la estructura que dejara el fallecido Manuel Blanco había conseguido reorganizar eficientemente las distintas áreas del juzgado y ya estaban trabajando en el plan general para las próximas elecciones. La inexperiencia de Culotta en el tema electoral habla de cierta improvisación en decisión de su designación, que es un avance más de los Newman boys luego de la designación como Ministro de Finanzas de Luis Caputo, primo del alter ego del presidente, Nicolás Caputo.

Cuentas pendientes

Pero lo ocurrido también tiene otro trasfondo. Con argumentos simples pero irrebatibles, Servini de Cubría cuestionó el proyecto de ley oficialista para aplicar la boleta electrónica en todo el país. Por ejemplo, que en muchas escuelas de lugares apartados, ni siquiera hay electricidad para conectar los sistemas, amen de unas cuentas objeciones más. Los senadores del PJ, desconfiados de un sistema que se propone arrasar con los aparatos políticos que funcionan en torno a la boleta de papel y que los sostienen a ellos desde el 83, aprovecharon estas críticas y terminaron volteando la reforma.

El macrismo sintió el impacto aunque trató de no magnificarlo. Pero puertas para adentro de la Casa Rosada, Servini quedó como la ideóloga de la no aprobación de la reforma, con argumentos por cierto irrebatibles. La fulminante designación de Culotta fue el pase de factura que el oficialismo le hizo a la jueza electoral número uno.

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