Por Carlos Tórtora.-

Luego de acercarse tanto a Daniel Scioli como a Mauricio Macri, Sergio Massa terminó afirmando que no apoyará a ninguno de los dos candidatos.

La decisión se justificaría, en parte, por lo controvertido de algunas mediciones que se van conociendo. En efecto, hay encuestas que sostienen que casi dos tercios de los votantes massistas adherirán a Macri y otras que hablan de un reparto mucho más parejo, por el peso del electorado peronista renovador que se volcaría a Scioli. Lo cierto es que el mayor temor del tigrense tendría que ver con una crisis interna en el Frente Renovador, donde algunos, como Felipe Solá, ya adelantaron su rechazo al apoyo a Macri y otros, como la propia esposa de aquél, Malena Galmarini, repudian francamente a Scioli.

El actual “ni” de Massa, luego de que tanto Scioli como Macri elogiaron muchas de sus propuestas, también se vincula con la inminente señal de largada de la que será una profunda interna peronista en el caso de que el Frente para la Victoria, como todo hace suponer, sea derrotado el próximo 22. Si el jefe de los renovadores adhiriera a Scioli y Macri resultase triunfador, no pocos dirigentes peronistas, tal vez empezando por otro presidenciable, Juan Manuel Urtubey, culparían al primero por la derrota del peronismo.

Señal de crisis

Ser acusado de haber definido la caída electoral del PJ tendría un grave costo para Massa, ya que le dificultaría bastante el rol que pretende ocupar como jefe de la oposición peronista. Obviamente, apoyar a Scioli sería un negocio aún más ruinoso, porque lo asociaría a la etapa tal vez terminal del kirchnerismo. Lo que Massa hace es, entonces, lo razonable: preservarse y negociar luego con el ganador en las dos cámaras del Congreso y tal vez algo más.

El “ni” de Massa es, en definitiva, una señal clara de que la previsible derrota de Scioli activará automáticamente una feroz interna en el PJ, en la cual el antikirchnerismo latente en muchas gobernaciones sin duda va a aflorar fuertemente.

Para no quedar atrapado entre dos fuegos y teniendo en cuenta su pasado como Jefe de Gabinete de CFK, Massa se escurre ahora hacia el campo de la indefinición. Total, la discusión sobre cuántos massistas votaron a Scioli y cuántos a Macri el #22N dará con seguridad para las interpretaciones más dispares.

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