Por Nicolás Márquez.-

Tras haber robado los “fondos de santa Cruz”, luego del enriquecimiento a costa de la usura y después de haber protagonizado los escándalos de las compras de tierras fiscales a precio vil, tras su muerte, Néstor Kirchner dejó como heredera dinástica de tan indecorosa familia presidencial a su mujer, quien justifica su crecimiento patrimonial alegando ser “abogada exitosa”, pese a que no existen constancias de que alguna vez se haya recibido en la facultad de derecho. Un lustro después de la muerte del jefe de la banda, ha recrudecido el escándalo Hotesur (con firmes sospechas de lavado de dinero) aparecen inocultables evidencias vinculares entre Lázaro Báez y la familia Kirchner.

A pesar de lo obvio, todavía mucha gente siente simpatía por el fallecido malviviente Néstor Kirchner y la viuda supérstite, motivo por el cual consideramos necesario transcribir gráfica y fílmicamente las siguientes declaraciones emitidas tiempo atrás por el propio Néstor Kirchner, quien en reportaje televisivo tras ser consultado sobre su sospechoso patrimonio y especialmente sobre sus sórdidos negociados en las tierras del Calafate, el patagón nos ilustró con la siguiente explicación poniendo de manifiesto, entre otras cosas, su intensa vida espiritual:

“Yo gracias a Dios, desde que estoy en la política, más que acrecentar mis bienes personales, fui para atrás, no me pasa lo que a otros dirigentes que a partir de haber entrado a la política o no tenían fortuna o no tenían nada, y yo tengo absolutamente todo declarado cuando fui intendente, cuando fui gobernador las tres veces… y compramos un terrenito que tiene una hectárea, en mi provincia (no en Miami, ni en Montevideo, ni Nueva York), que es un terrenito que me costó 27 mil pesos, que Dios quiera pueda hacer una casa para compartir con mi familia en El Calafate (ciudad turística por excelencia en mi provincia a la cual amamos), y los compré de cara a la sociedad pagando los impuestos como corresponde… ¿Sabés qué pasa? Algunas veces cuando no se puede voltear o mancillar a alguien desde la idea de la acción, muchas veces se les ocurren este tipo de cosas que yo las acepto cristianamente. (…) A veces la política tiene este tipo de agravios y descalificaciones que yo las absorbo con absoluta resignación cristiana”.

En realidad, en un país normal Kirchner y su mujer lo que tendrían que haber aceptado con resignación cristiana o mundana hubiese sido, como mínimo la cárcel.

Ver las insólitas declaraciones del inigualable caradura:

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