Por Carlos Tórtora.-

Al menos dos señales confluyen para insinuar un cambio en el panorama electoral. Por un lado, aparecieron dos encuestas que dan un virtual empate entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Por el otro, varias mediciones muestran a Horacio Rodríguez Larreta y Sergio Massa como los dos candidatos presidenciales con mayor potencialidad de crecer. A esto se le suma la impresión generalizada de que Juntos por el Cambio se encuentra estancada y demasiado pendiente de sus crisis internas. También hay que computar que Larreta, el principal candidato opositor, tiene escaso carisma y paga a diario los costos de no ser un líder político.

La hipótesis de un repunte del oficialismo si la gestión económica logra afianzarse ya está dejando de ser una fantasía. Otro factor presente es la consolidación de Javier Milei, que le resta una importante porción de votos a JXC.

A su vez, el perfil más bajo que ahora adoptó Cristina Kirchner contribuiría a que el oficialismo recupere terreno.

En Buenos Aires, donde se juega buena parte de la elección nacional, Axel Kicillof se está consolidando para su reelección y tiene la ventaja de contar con una oposición dividida donde Diego Santilli no termina de imponerse.

La fractura

Este panorama cambiante tiene a su vez otras variantes. Por ejemplo, la aparición como proyecto electoral del eje Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey como amenaza de ruptura del voto peronista y hasta opositor si se pliega a la idea Facundo Manes. La nueva entente podría aspirar a captar a los gobernadores que se plantaron y no apoyan al gobierno en el juicio político a la Corte. Esto es, Sergio Uñac de San Juan, Gustavo Bordet de Entre Ríos, Omar Perotti de Santa Fe e incluso Alberto Rodriguez Saá, de San Luis. De ser así, la división del PJ quedaría expuesta y con graves consecuencias; pero también esta nueva oferta electoral debilitaría a JxC, ya deteriorado por Milei.

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