Por Carlos Tórtora.-

Desde hace varios meses está instalado en el tablero político que Cristina Kirchner estaría trabajando en un Plan B para el caso de que, como indican hoy la mayor parte de las encuestas, el kirchnerismo no estuviera en condiciones de ganar las próximas elecciones presidenciales. El proyecto en cuestión consistiría en que la vicepresidenta encabece la lista de senadores nacionales por Buenos Aires y que Axel Kicillof sea reelecto gobernador. De este modo, el kirchnerismo podría resistir otros cuatro años de Juntos por el Cambio en el poder y prepararse para volver a la Casa Rosada.

Como en Buenos Aires no hay ballotage y gana el que saca un solo voto más, el Plan B tendría cierta lógica, especialmente si José Luis Espert, o quien diga Javier Milei, le saca unos cuantos votantes a JxC.

Sin embargo, todo esto podría desmoronarse si el candidato a presidente K hace una pésima elección y provoca una fuerte caída del voto oficialista en Buenos Aires. En este último caso, Kicillof podría sufrir una derrota aplastante y CFK saldría senadora nacional por la minoría, lo que la dejaría en una posición sumamente débil, aun contando con fueros. Una encuesta reciente de la consultora CB refuerza esta última hipótesis. El trabajo mide a seis precandidatos presidenciales del peronismo y ninguno saldría bien parado en la primera vuelta.

El apoyo a Batakis

Así las cosas, el Plan B parece sólo factible si el kirchnerismo conserva un alto nivel de votantes pero se volvería inviable si el Frente para Todos entra en caída libre. Tal vez este tipo de análisis sea uno de los factores que hacen que Cristina le haya ordenado a La Cámpora agitar la bandera de su candidatura presidencial. Pero la misma implica para ella un salto al vacío, porque en caso de perder no tendría fueros y quedaría librada a su suerte ante eventuales dictados de prisiones preventivas en su contra. Cualquier alquimia electoral es inválida, como por ejemplo adelantar la elección de senadores nacionales por Buenos Aires para que ella tenga el reaseguro de ser electa senadora mientras es a la vez candidata a presidente. El artículo 54 de la Constitución Nacional no deja ninguna duda en cuanto a que la elección de los senadores nacionales: debe ser conjunta no pudiendo dividirse la misma.

Ante este horizonte amenazante, la ex presidenta debería apostar fuerte a que la gestión de Silvina Batakis consiga bajar la inflación en los próximos 90 días, lo suficiente como para que el alivio se empiece a sentir. Pero el apoyo a la nueva ministra de economía tiene un serio costo político. De este modo, Cristina fortalecería a Alberto Fernández, al que todo indica que quiere ver cada vez más debilitado.

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