Por Gabriel Conte (MDZ).-

El PRO se equivocó en Santa Fe al sostener para la candidatura a gobernador una vieja estrategia.

El poder se conquista con una décima de ventaja en Santa Fe, en Mendoza y… en la India (ya que para el caso de elecciones libres pluripartidarias esta vez el de la China no es ejemplo).

Pronto, quien resulte perdedor quedará en la historia. Así de cruel y tajante es una elección en el Poder Ejecutivo.

Por ello, si finalmente el PRO quiere gobernar el país, se equivocó en Santa Fe al sostener para la candidatura a gobernador una vieja estrategia, más propia del peronismo, que de una fuerza que pretende instalarse como la única no peronista con chances reales de conquistar la primera magistratura nacional.

Esta fue la de conservar figuras más llamativas que identificables con la nueva gestión en candidaturas provinciales clave.

Desde hace tiempo en el seno del PRO se producía una lucha conceptual en torno a esto. Estaban los que sostenían que el planteo era menor y los que veían en los Del Sel, Baldassi, Oledo, MacAllister una estrategia ya superada que les había servido para instalar al PRO territorialmente en donde no existía, pero que, ya con Mauricio Macri «jugando» en Primera, el equipo debía acomodarse a la nueva situación.

Así, se empezó perdiendo mal en Salta y con la situación más que incómoda de hoy en Santa Fe en donde, si la alianza de radicales y Socialistas se Impone al PRO con tan leve ventaja, ya no habrá pataleo y configurar la vuelta a los escenarios, con tacones y medias red de su hasta hoy insistente, pero insuficiente mente formado, aspirante a la gobernación.

Quedó claro que no todo lo puede el marketing.

Del otro lado, el kirchnerismo hizo una elección histórica. Aun en la derrota, su candidato logró imponer su mensaje de «basta del miedo al cambio» y «no a un salto al vacío», haciendo alucino al socialismo y a Del Sel, respectivamente.

EL PRO no formuló una estrategia electoral pensando en ser gobierno allí y en el país. Sólo hizo una apuesta. Pero la institucionalidad no es un casino en donde se gana y se pierde por azar. ¿Está a tiempo de replantearse nacionalmente para agosto? ¿O jugará con las mismas cartas, cediendo terreno en favor de quienes ya acreditan una longeva experiencia en jugar solo por el deporte de ganar?

Dividido en tres, el electorado santafesino dio una lección que, sin embargo, es para los tres partidos en pugna: nadie en política tiene la vaca atada. Y que las reglas de juego se actualizan con el paso del tiempo.

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