Por Guillermo Cherashny.-

El presidente está enojado y preocupado porque no encuentra el rumbo económico y cree que los empresarios sabotean a Nicolás Dujovne y Guido Sandleris y lo mismo opina sobre los brokers y los traders del mercado. Entonces, en una actitud desesperada, recurrió a sus servicios de inteligencia para espiar y destruir opositores y también los macristas disconformes como Rodríguez Larreta, Vidal y Monzó y, por supuesto, a los radicales que desde la interna de La Pampa están agrandados. Y ahí aparece el «voto cloaca», que no es como se piensa, es decir, dotar de esas construcciones a todos los argentinos que lo necesitan por razones de salud. En realidad, Macri ha descendido a las entrañas del sottogoverno, como se llama en Italia a la guerra sucia de los servicios de inteligencia, que estalló con el escándalo D’Alessio, que tiene una novedad escalofriante como es que el fiscal Carlos Stornelli le encargó a su operador -el falso abogado- que investigara a la pareja de su ex esposa, un piloto de aviación de nacionalidad peruana que actualmente vive en los Estados Unidos pero que vivió y trabajó en nuestro país cuando vivía con la ex de Stornelli. El seguimiento de D’Alessio al peruano Castagnon lo hizo en Nueva Jersey y, cuando estuvo en nuestro país, el personaje le propuso al fiscal ponerle droga en el equipaje. Esta «travesura» de esta inteligencia ilegal -por llamarla de alguna manera- es la más grave de todas, porque, que un miembro del ministerio público utilice una vía ilegal para espiar a su ex es una clara violencia de género inaceptable para un funcionario público. El caso es que Stornelli fue jefe de seguridad de Boca Juniors cuando Mauricio Macri era presidente del club de la ribera y que en varias oportunidades le ofreció ser candidato a diputado nacional por el PRO y Stornelli no aceptó porque no le daban licencia como fiscal. Cuando se la dieron, se fue de ministro de seguridad de Daniel Scioli, al mismo tiempo que Guillermo Montenegro asumía el mismo cargo en la Ciudad con Macri jefe de gobierno. Ambos, Montenegro juez federal y Stornelli fiscal, sobreseyeron a IECSA -la constructora de la familia Macri- en la causa de las coimas de Skanska. Es decir que el fiscal Stornelli es una persona ligada estrechamente al actual presidente de la República.

El país está sumergido en una inmensa cloaca que ha generado este gobierno, donde se espía a la gobernadora Vidal y se roban computadoras en las oficinas de Sergio Massa en la Capital Federal; o sea que sólo el núcleo duro o mesa chica del PRO -que conduce Marcos Peña en alianza con Lilita Carrió- se salvan de la cloaca del sottogoverno.

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