Por Guillermo Cherashny.-

El país está viviendo una situación muy rara, ya que si se leen los matutinos Clarín y La Nación y la oposición dura de Patricia Bullrich, la Coalición Cívica y sectores de UCR, el país está al borde de la hiperinflación y el default y en política exterior el gobierno es aliado de Maduro e Irán. Nunca en la Argentina los medios de comunicación más importantes del país y gran parte de la oposición estuvieron más alejados de la realidad como ahora. En efecto, Elliott Abrams, el delegado de Donald Trump para Venezuela no para de elogiar a México y Argentina como países donde gobierna la izquierda pero, pese a esa situación, no están apoyando al régimen dictatorial de Venezuela encabezado por Nicolás Maduro y en esta semana, en dos oportunidades, Elliott Abrams elogió la política exterior argentina y, con respecto a la eliminación del general Soleimani, el palacio San Martín no criticó a Donald Trump y pidió un diálogo entre los dos países, en un claro acto de ingenuidad pero en realidad la cancillería merece un aprobado por lo que no hizo, es decir, no condenó la acción americana, cuando en el frente interno el partido demócrata lo hizo con dureza lo que tácitamente se puede deducir es que el gobierno argentino está más cerca de Trump que del partido demócrata.

En relación a la situación económica, el ejecutivo todos los días da señales de austeridad fiscal, como fue la quita del 1% de la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires, donde de nuevo Patricia Bullrich, futura presidente del PRO, criticó duramente la medida, igual que los integrantes de la Coalición Cívica y los radicales como Petri, Wolf y Fernando Iglesias. En cambio los gobernadores de la UCR como Morales, Suárez y Valdés no dijeron nada, porque esperan ser auxiliados por el gobierno central y lo mismo hizo Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno de CABA y el hombre fuerte de Juntos por el Cambio dio señales pacíficas hacia Alberto Fernández. Es que Rodríguez Larreta, Santilli, Frigerio y Monzó se diferencian de la oposición irracional y alejada de la realidad de los «duros» antes citados. Lo mismo ocurre con las medidas económicas que para el FMI, a través de Alejandro Werner, el director del hemisferio occidental del organismo, calificó como positivo el primer mes económico del gobierno por las señales de austeridad fiscal y los mercados locales y las acciones argentinas que cotizan en Wall Street y los bonos de la deuda están viviendo hasta una fiesta que no la tenía Macri desde abril del 2018.

Los opositores irracionales decían que los mercados se venían abajo por la futura asunción de Alberto Fernández pero los mercados en este mes del gobierno hicieron pum para arriba, es decir que se espera una negociación amigable y quizás positiva con los bonistas y el FMI y tampoco hay riesgo de una hiperinflación sino que parece que será descendente con respecto al 2019, porque hay un cuasi congelamiento de los salarios privados y estatales.

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