Por Guillermo Cherashny.-

La gran apuesta de la alianza CAMBIEMOS, integrada por el PRO, la UCR y la Coalición Cívica, es apostar a fondo a que en las PASO del 9 de agosto o bien en la primera vuelta del 25 de octubre, el electorado se polarice entre ellos y el Frente para la Victoria. De esto depende fundamentalmente Mauricio Macri para intentar llegar a la Presidencia de la Nación. La incógnita es si la tercera fuerza, la alianza UNA, integrada por el Frente Renovador y Unión por Córdoba, pueda acercarse a CAMBIEMOS. Desde ya que su fuerza se concentra en Córdoba y en el conurbano bonaerense. Además, dirigentes del Frente Renovador dicen contar con 100 intendentes de ciudades grandes con posibilidades de estar cerca de CAMBIEMOS. Por eso gusta la elección como compañero de fórmula de Massa de Gustavo Sáenz, intendente electo de la ciudad de Salta, que en las PASO le ganó al PRO y después, en la general al Frente para la Victoria. Otro factor que hay que tener en cuenta es que Margarita Stolbizer, con apoyo del Partido Socialista, pondría en marcha una ambulancia para recoger los heridos de la UCR por su exclusión de las listas de CAMBIEMOS. El Frente Renovador, por su parte, absorbió la mayor parte del peronismo que estaba con el PRO en el conurbano, lo que dejaría a CAMBIEMOS con poca capacidad de control y fiscalización.

El voto anti

Está claro que hay una fuerte oposición al cristinismo, así como también hay mucho antisciolismo. Pero no es menos cierto que existen sectores radicales antimacristas y seguidores de Carrió y Stolbizer que no aceptan a Macri como presidente. Esto es un obstáculo para el jefe de gobierno porteño, que sólo tiene un armado federal montado por la Unión Cívica Radical. Se recuerda que en las PASO del 2011 Cristina obtuvo el 51%, en tanto que Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde empataron en el 12% y Hermes Binner entró cuarto con el 9%, superando a Alberto Rodríguez Saá, que tenía el 8%. Luego, en la primera vuelta, CFK ganó con el 54%. Es decir que si Scioli se acerca en las primarias al 40%, todo depende de cuánto obtenga Macri. Si éste se ubica segundo a más del 10% del FpV y UNA, por su parte, supera el 20%, puede ser que no haya polarización y que la oposición se divida. O también que con esos números de Scioli, el jefe de gobierno supere el 30% pero en la primera vuelta aquél pase el 45% y se consagre presidente en esa instancia. La traba para una segunda vuelta es que el antisciolismo o el antikirchnerismo no impida el 45% mágico en la primera vuelta. En definitiva, puede gravitar la soberbia y el antiperonismo de CAMBIEMOS, que puede conspirar en su contra, porque necesariamente para ganar deben contar con votos peronistas que hoy no parece que vayan a Macri y Carrió.

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