Por Sebastián Dumont.-

Se conocieron las cifras del INDEC sobre la pobreza en la Argentina. Hubo un pequeño descenso pero los niveles son muy altos. El conurbano bonaerense es un sitio donde se definen las elecciones, pero también donde estas realidades se ven con mucha claridad. Y los intendentes suelen adelantarse un par de meses antes que los números aparezcan porque ya palpan cual es la realidad de sus distritos. En el segundo y tercer cordón, aseguran que los pedidos de trabajo ahora mutaron en comida. Y que “una chispa puede encender una situación compleja”, sostienen experimentados dirigentes.

Mario Ishii alertó días atrás que si las cosas no cambian, podría haber saqueos, porque la gente pide comida. Sus dichos fueron tomados por muchos como parte de la queja porque la gobernadora Vidal había dejado de atenderlo -cosa que sí sucederá este miércoles- pero la cuestión es que el alcalde de José C. Paz gobierna un distrito con características sociales complejas. Por eso, puso en marcha la entrega de bolsas de mercadería, no de ahora, sino de hace varios meses. Es más, desde ese distrito salen bolsones de alimentos para otros municipios cercanos. Moreno es uno de ellos, donde la situación es muy compleja.

Los alcaldes observan que hasta hace unos meses los pedidos por trabajo se multiplicaban. Ahora, eso no cesó, pero se sumó el pedido de comida. La situación es compleja.

Igualmente, la posibilidad del fantasma de los saqueos que se dieron en otros tiempos de la Argentina necesita de un impulso político. De la mecha que encienda la llama. Y la realidad es que hoy hay mucho plan social en manos de agrupaciones K.

“No necesitamos más planes, necesitamos que aumenten el monto”, suelen quejarse los beneficiarios que, efectivamente, trabajan, porque hay muchos otros que cobran y no van.

Los barrios bonaerenses del conurbano profundo hoy están en alerta. Allí anida el mayor porcentaje de voto duro a Cristina Kirchner, más allá que el gobierno se empecine en dar ayuda social. No alcanza. Se trata de una cuestión de piel. Así lo sienten en las barriadas. Por eso, en dichos sitios se observa con claridad la polarización Macri-Cristina. No existe otro nombre.

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