Por Carlos Tórtora.-

La invitación del presidente a iniciar una era de paz y diálogo con la oposición ya produjo sus primeros efectos en la misma. En el entorno de Horacio Rodríguez Larreta se comenta que ellos están obligados a aceptar la invitación presidencial ya que aquél es un sostenedor de que hay que superar la grieta. «En todo caso, dicen en Parque Patricios, ya se encargará el propio Alberto de patear el tablero cuando se lance a la reelección».

Y agregan a esta interpretación que el gobierno, jaqueado por la inflación, recurre al diálogo.

Pero también se escucha otra campaña en el Pro. Del lado de Mauricio Macri y Patricia Bullrich se escucha decir que la convocatoria al diálogo obedecería a la necesidad del gobierno de disponer de todas sus fuerzas para una inminente confrontación con el kirchnerismo duro. O sea que una tregua con la oposición le facilitaría liquidar al cristinismo. Agregan los macristas que Alberto busca la complicidad de JxC para desplazar al kirchnerismo duro para después endurecerse nuevamente, o sea un abrazo del oso.

Una oportunidad inigualable

De un modo u otro, este proyecto de diálogo parece destinado a coincidir con la confrontación con Cristina y Máximo. Nunca el presidente tuvo una oportunidad tan clara de tomar el poder.

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