En diálogo con Carlos Tórtora, Jorge Giacobbe propone una estrategia de lucha contra el narco.

CAT: ¿Cómo siguen los Lanatta y Schillaci?

JG: Y… no los pueden matar porque son tres.

CAT: ¿En qué sentido?

JG: Pienso que van a evitar que hablen. Si hablan, ¿qué pasa con estos pibes?

CAT: Es difícil pensar en que Aníbal Fernández termine procesado. Nuestro sistema narco-mafioso es distinto al de otros países; tiene menos violencia y está mucho más entroncado en el Estado, en el funcionamiento interno del Estado, por lo cual la violencia es menor, porque la violencia sólo llega en los casos en que chocan dentro del Estado; es más limitada. Esto no le quita gravedad, porque, por ejemplo, al servicio penitenciario bonaerense hay que hacerlo de vuelta. A raíz de las declaraciones de los Lanatta y compañía, de los mandos del servicio penitenciario no va a quedar nada. Ahora, con quiénes lo van a reemplazar, no lo sé. Yo estuve allá en la cárcel de General Alvear y son espectaculares esas cárceles, te digo que de película yanqui de primera. El problema no era falta de infraestructura, lamentablemente veo un panorama muy oscuro y como apuntan a que Vidal se caiga pueden pasar más cosas. ¿Cómo queda parada ella?

JG: Totalmente bien parada, y tuvo mucha suerte, porque le pasó en el tercer día.

CAT: ¿Favoreció esto a Vidal?

JG: Sí, claramente favoreció a Vidal, porque fue ahora. Tomá el caso de Bruera en La Plata. A los tres días de sentarse en la intendencia, se le inunda la ciudad y zafa, porque estaba en el tercer día. Tres años después, se le inunda otra vez, y a la pileta.

CAT: ¿Y qué pasa si esto continúa? Continúa en sentido de que se siguen produciendo episodios de primera magnitud.

JG: Y… depende de cómo lo vendan. Ahora hay una gran guerra, que es la comunicación. Si ellos no hacen una estrategia de comunicación oficial, en días más estarán muy mal parados.

CAT: Yo lo vi ingenuo al gobierno en el sentido del manejo de la crisis. ¿Vos no lo ves un poco simple?

JG: No, yo lo veo absolutamente ingenuo, como vos. Hoy ingenuo es una palabra amable, pero zafa y le queda como trajecito. Ahora, la segunda vez, no tiene efecto, salvo que Vidal plantee la guerra de frente. “Estamos en la mierda y vienen por mí”. La víctima siempre tiene razón.

CAT: ¿Pero qué es plantear la guerra de frente?

JG: Y… plantear discursivamente la guerra contra el narcotráfico.

CAT: Lo que pasa es que acá no es una cuestión meramente política, legislativa o mediática. No vas a satisfacer a la gente con una guerra discursiva, ¿o sí?

JG: Te digo rotundamente que sí. Discursiva y algo más.

CAT: Para vos, ¿cuál es la corrección que debe hacer el Gobierno ahora?

JG: Más que corrección, el Gobierno lo que tiene que demostrar es una actitud. Tiene que demostrar una vocación de guerra y la tiene que librar. Macri plantea tres cosas para llegar a la presidencia -pero no llega por eso-: la guerra contra el narco, la guerra contra la pobreza, y la guerra contra la corrupción. Una de las tres debe de ser cierta.

CAT: Claro. Hay dos que están muy emparentadas, que son la del narco y la corrupción, que son lo mismo.

JG: La otra es imposible, ¿no? Puede hacer la guerra pero una las tres tiene que ser cierta.

CAT: La de la corrupción le plantea problemas.

JG: No. Ésa es imposible porque ya va mal.

CAT: Claro, vos decís que la batalla es la del narco. Y me parece que el enunciado no alcanza ¿no?

JG: Me parece que es la más fácil, aunque parezca mentira, porque es la única en la que puede tener una actitud de combate para ir contra el narcotráfico. Ahora, ahí juega un enorme papel la comunicación y le tenés que contar a la Argentina la épica de lo que mata a tu Dios y a tu hijo.

CAT: Claro, lo que pasa es que para esto el Gobierno no está preparado, ¿no?

JG: No, para nada. Además, ninguno de los que se sentó tiene esa vocación. Porque vos sentás equipos muy audaces o equipos arrepentidos, pero gente que sepa, no. Ninguno de los chicos que se sentó a madurar sus méritos personales por otras cuestiones está preparado para esto.

CAT: ¿Entonces?

JG: Entonces hay que sentarse, hacer la mesa y preguntar si eso es así. Ahora tiene que llamar a un equipo con los huevos muy bien puestos.

CAT: Ahora, ¿están?

JG: Sí. Nosotros desde la consultora le vamos a dar tregua a esto. Hay que crear una línea a nivel de credibilidad de las poblaciones con el compromiso de los intendentes y la actitud política.

CAT: ¿Y tenés números sobre esto?

JG: Sí.

CAT: Pero no se difundieron.

JG: Sí, se difundieron pero no dirigido a ustedes. El problema es que la gente que está dispuesta a hacer esto también tiene que ver que el Gobierno no lo deje a mitad de camino. Lo que yo te aseguro, con un buen plan de comunicación. Tengo la seguridad de que a estos tres tipos los pescaron porque la ciudadanía jugó. La que los cercó, la que los mantuvo a raya, la que le informó a la policía fue la ciudadanía, que jugó un papel importante en la captura de estos tres tipos. Si no, la policía pasa de largo.

CAT: Claro, al bajarse los prófugos y caminar, la ciudadanía jugó un papel muy importante.

JG: Porque no se corrió; jugó, los denunció, llamó. Ante cada cosa sospechosa, la ciudadanía te está diciendo claramente cuál es el papel que va a cumplir.

CAT: ¿Y vos creés que Vidal es el blanco político central, o Macri?

JG: Acá se mezclan dos cosas: lo que es el narco como tal, que ya es suficiente, y después, decir si hay una operación cristinista con inteligencia propia.

CAT: ¿Para vos tienen que ver?

JG: Sí. Se mezclan en un punto que es muy tangencial. Yo, por lo pronto, te digo claramente que nunca vi a Cristina del lado de la corriente del narcotráfico. De hecho, gran parte de la actitud del Vaticano con relación a Cristina implica que no está enredada en este problema.

CAT: Hay un caso curioso que desapareció de los medios, que es el caso Milani, que es un tipo que se llevó una estructura inteligente y la estaría manejando. ¿O es un mito?

JG: No es una pregunta para contestar por teléfono, tampoco.

CAT: Pero vale como mito, porque está corriendo.

JG: No, la aclaración muy aguda es que desapareció Milani.

CAT: Sí. Desapareció Milani. Pero ¿dónde está?

JG: Y ¿por qué se va como se va, no?

CAT: Y ¿dónde está lo que compró? ¿Quién lo tiene? ¿Quién lo usa? ¿No?

JG: A mí me parece que hay que empezar a enhebrar desde cero. Hay una clave que vos la podés considerar como una tontería: si ellos creen que es la clave policial contra el narcotráfico, se equivocan. Esto es la opinión publica contra el narcotráfico.

CAT: O sea, es política.

JG: Esto es enteramente política; esto es opinión pública. Vamos a denunciar al tipo del que sospechemos y, entonces, el 80% del municipio tal vez cree que su intendente está comprometido y en el municipio de al lado cree el 9% solamente y en el del frente nadie lo cree.

CAT: ¿Y vos creés que esto va para todo el país, o no?

JG: No, aquí defendemos a la provincia de Buenos Aires.

CAT: ¿Y Santa Fe?

JG: También en Salta, en Tucumán… y el sur, ni te cuento; Neuquén, ni te cuento.

CAT: Sí, con otras características, pero sí. O sea que, en definitiva, vos creés que se debe generar un movimiento de opinión pública muy fuerte.

JG: Hay que repetir lo que paso acá. La opinión pública fue la que le dio la pista permanentemente a la policía de dónde estaban los tipos. Ahora empecemos a preguntar de quién sospecha la opinión pública. Nuestra última encuesta grande que hicimos circular plantea que el 81% de los argentinos cree que una parte de la policía está vinculada con el narcotráfico; 81% de los argentinos cree que una parte de la justicia está vinculada con el narcotráfico; 82% de los argentinos cree que gran parte de la política está vinculada con el narcotráfico. ¿Y lo querés más claro? La gente sabe perfectamente lo que está pasando. Ahora, si no lo quieren tomar como herramienta, por algo será. El único que puede matar acá es la opinión pública. Mató a Aníbal Fernández y mató al kirchnerismo. Y la opinión pública te acaba de entregar a los tres prófugos. Ésa es mi teoría.

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