Por Guillermo Cherashny.-

Si bien Sergio Massa bajó en las encuestas, es posible un cierto repunte, porque el deterioro del PRO en el interior del país sería bastante pronunciado. En el balance está, por un lado, la derrota de Miguel del Sel, confirmada ayer por el Tribunal Electoral de Santa Fe, y por el otro, el triunfo de CAMBIEMOS en Mendoza. Pero el 39,4% obtenido por el Frente para la Victoria en Mendoza lo acerca a Daniel Scioli a un 40% en las PASO, quedando Macri segundo. Es que entre los votos del triunfador Alfredo Cornejo habría entre un 10 y un 15% del Frente Renovador y 5% de Margarita Stolbizer. A su vez, en Santa Fe se calcula que aproximadamente un tercio de los que votaron a Miguel Lifschitz votarían a partir de ahora por Scioli, que puede llegar al 40%. En Córdoba, por su parte, CAMBIEMOS está disputando el segundo lugar con el Frente para la Victoria, cuyo candidato es el intendente de Villa María, Eduardo Accastello. La expectativa de CAMBIEMOS consistía en ganar por amplio margen Mendoza, Santa Fe y Córdoba, para descontar así la diferencia favor de Scioli en la provincia de Buenos Aires. Hay que agregar que el 23 de agosto es muy posible que el radical José Cano gane la gobernación de Tucumán, pero para esto parece que faltara un siglo.

Las dos teorías

Sin embargo, tal como están dadas las cosas, las elecciones presidenciales se definirían en las PASO del 9 de agosto. Para esa fecha, Scioli hoy se está proyectando a cerca del 40% y Macri estaría amesetado en el 27%. Da la impresión de que la ventaja del FPV en el marco global puede llegar a ser indescontable para CAMBIEMOS. Para las PASO, la alianza opositora podría alcanzar el 30%, ya que se le sumarán los 4 o 5 puntos que obtendrían Ernesto Sanz y Elisa Carrió a los 27 de Macri. Por su parte, el tándem compuesto por Sergio Massa y José Manuel de la Sota aspira a obtener entre el 17 y el 20%. Margarita Stolbizer estaría, a su vez, entre el 6 y el 7%. Estos votantes en la primera vuelta seguirían inclinándose por la dirigente bonaerense porque son bastante antimacristas. A su vez, del 4/5% de Sanz y Carrió no todos votarán a Macri. Es así que puede pasar algo semejante a lo ocurrido en el 2011, cuando Hermes Binner, que entró cuarto en las primarias con el 9% y pasó al 17% en la primera vuelta. En el cuadro actual hay dos interpretaciones sobre las probabilidades. La primera es que en la primera vuelta se produzca, en función del criterio del voto útil, una polarización importante entre el FpV y CAMBIEMOS. La otra variante sería que Massa alcance a retener sus votos en las PASO y que Scioli gane en la primera vuelta. Es decir, una polarización relativa y no total como espera Jaime Durán Barba. Los que sostienen esta teoría la abonan con que Macri estaría amesetado en las encuestas hace más de dos meses. Por otra parte, es evidente que en el PRO predomina la preocupación por defender su bastión en la capital, que tiene grandes chances de ganar. De ahí la importancia de la candidatura a la vicepresidencia de Gabriela Michetti, que no influiría tanto en juntar votos en el país sino en asegurar que los votos que obtuvo la senadora en las PASO porteñas vayan todos a Horacio Rodríguez Larreta, que superaría el 45% contra un 30% de Martín Lousteau. Pero en segunda vuelta, el PRO ganaría sumando entre 52 y 54%. Es decir, con una clara ventaja.

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