Por Guillermo Cherashny.-

Hay un consenso entre los analistas políticos en que el 2019 Macri será reelecto por la división del peronismo en sectores como el cristinismo, el PJ no K y el Frente Renovador de Sergio Massa. Es más, sería ideal que Cambiemos enfrentara a esas tres fuerzas divididas en las presidenciales. Hasta se habla de que el gobierno, que no tiene diálogo con el cristinismo y el massismo, pero sí con con el PJ no K a través del senador Pichetto, una de las condiciones que puso para enviar fondos a los gobernadores es que no haya unificación del bloque del PJ con el Frente Renovador. Pero surgió un inconveniente en la provincia de Buenos Aires como fue la unificación de los intendentes del conurbano que fueron con Cristina por obligación, encabezados por Gustavo Menéndez de Merlo, y Martín Insaurralde de Lomas, que lograron sumar al massismo y al randazzismo para la elección del presidente del PJ bonaerense del 17 de diciembre próximo, dejando con pocas chances a Espinoza, el matancero que hoy preside el partido. En esa lista de unidad se excluyó a intendentes cristinistas y a La Cámpora y se incluyó a los diez intendentes de Massa y los siete de Randazzo, y la ex presidente se abstuvo de opinar, aunque se sabe que no le gustó nada la movida.

Una reciente encuesta señala que CFK perdió el 24% de los votos del 22 de octubre; o sea, hoy estaría superando los 20 puntos, lejos del 34% obtenido hace un mes, y seguramente se debe a que perdió las elecciones contra Esteban Bullrich y, si bien el cristinismo en todo el país obtuvo el 21%, parecería que entró en descomposición, porque esta vez la ex presidente no será candidata para perder, de ahí que ese espacio político se enflaquezca electoralmente.

Por otra parte, el gobierno anunció aumentos fuertes de luz, gas y agua, pero debió postergar los del transporte, porque la inflación terminará este año en el 24%, mucho más de lo que se esperaba, y lo más grave es que con estos aumentos el consenso de los economistas anuncian un crecimiento para el 2018 del 2,5%, pese a que el 3% de este año deja un arrastre del 1,3%. Es decir que habrá un crecimiento neto del 1,2% por flojo consumo, exportaciones estancadas e inversión que no llega y sólo queda la expansión del crédito como única fuente de crecimiento. De ahí que para el 2019, después de casi cuatro años de gobierno, se observara un crecimiento modesto de la economía con atraso cambiario, alto endeudamiento que no garantiza ninguna victoria, pero la división peronista y la presencia de Cristina libre son el gran activo para que Macri gane en el 2019.

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