Por Carlos Tórtora.-

Es probable que Martín Guzmán haya evaluado que le esperaban semanas nefastas con el dólar en alza, las reservas del Banco Central cayendo, la segmentación tarifaria en crisis y el malestar social en aumento. Como ejemplo, la reciente escalada del dólar se está trasladando a los precios y promete una inflación muy alta para julio. En un contexto así, gestionar el Ministerio de Economía le resultaría casi imposible y caería jaqueado por el kirchnerismo. Ante esta visión del futuro, prefirió anticiparse y sorprender con su renuncia. Es uno de los pocos casos de un ministro que renuncia pese a contar con el pleno respaldo del presidente, cuando lo usual es lo contrario. En su carta de renuncia, Guzmán termina afirmando algo que valdrá para su sucesor: ningún ministro de economía puede ser exitoso si no tiene suficiente apoyo político.

Pese a que las horas cuentan y que el desconcierto se apoderaría mañana de los mercados, Alberto Fernández no anunció el nombre de su futuro ministro enseguida. Es obvio que hay negociaciones subterráneas entre el presidente y la vicepresidenta. El primero necesita que el futuro titular de Hacienda no sea un incondicional de ella, lo que le permitiría demostrar que conserva al menos algo de autoridad presidencial. Para Cristina, lo esencial es que asuma una figura que cambie el rumbo de la economía y que sea más receptivo de las presiones de La Cámpora, esto es, mayores controles e intervencionismo.

CFK acaba de ganar la batalla por la renuncia de Guzmán pero todavía no ganó la de la sucesión del ministro. Todos los sectores del oficialismo, empezando por los albertistas, lo dan al presidente a la defensiva y sin capacidad de reacción ante el asedio del kirchnerismo duro. En su discurso del viernes pasado en la CGT, se notó el abatimiento presidencial y su actitud de colocarse a la defensiva. No obstante ello, hace horas nomás, volvió a tocar un tema irritante para Cristina: habló de unas PASO para definir la candidatura presidencial del Frente de Todos. La respuesta de ella fue el grito de “Cristina presidenta” que afloró en el acto de Ensenada. Nada hace pensar entonces que Cristina y Alberto se pongan de acuerdo en quién será el ministro. Algunos especialistas en interpretar el funcionamiento de la relación entre las dos figuras sostienen que el presidente va a nominar un ministro sin vuelo propio, que acepte las directivas políticas. Obviamente, un perfil así tendría escaso peso ante el FMI, siendo este tema el punto fuerte de Guzmán. Para el presidente sería esencial preservar uno de los mayores logros de su gobierno, es decir, el acuerdo con el FMI, ahora amenazado por CFK.

Manzur en la mira

Si bien hay poca información concreta, ayer tomó cuerpo la versión de que se viene un recambio parcial del gabinete. Las mismas fuentes sostienen que sería inminente la salida de Juan Manzur, que podría ser reemplazado por Sergio Massa, también postulado para economía. El flamante Ministro de Desarrollo Productivo Daniel Scioli también figura en la lista para la Jefatura de Gabinete. Es obvio que Scioli y Massa se disputan el posicionamiento como primer aliado del kirchnerismo.

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