Por Carlos Tórtora.-

El entorno presidencial está envuelto en un mar de escándalos que parecen interminables. Pero ahora están apareciendo señales de otro fenómeno más grave y es la corrupción. Un supuesto representante de Santiago Caputo se habría reunido días atrás en el bar Florida Garden con una docena de empresarios pesqueros y les habría exigido 15 millones de dólares para asegurarles la cuota individual de transferencia de captura, cuyo reparto ya está asignado por ley. O sea, una coima pedida para cumplir con la ley.

Una de las empresas presionadas se vincula con EEUU, lo que habría movilizado a la embajada de ese país. El escándalo, que llegaría a la Justicia Federal, lo empuja uno de los grupos pesqueros coaccionados, Iberconsa, propiedad del fondo Platinum Equity. Una de las primeras reacciones fue la del Consejo Federal Pesquero, que ante la situación planteada, suspendió la renovación de las cuotas de merluza Hubbsi.

La Libertad corrupta

La gravedad de este tema es aún mayor por cuanto no fue el único hecho de corrupción de la semana. Viviana Aguirre, ex candidata a diputada bonaerense por La Libertad Avanza, denunció al Subsecretario de Integración Socio Urbana, Sebastián Pareja. Aguirre señaló que fue designada directora del PAMI en La Plata por la gestión de Juanes Osaba, que es operador de Pareja, la mano derecha de Karina Milei en Buenos Aires. Según la denunciante, Osaba le exigió que firmara documentos con graves irregularidades y que entregara parte de su salario.

Un tercer escándalo marcó la semana, porque el reconocimiento del senador libertario puntano Bartolomé Abdala de que utiliza sus asesores del Senado para la política provincial es un delito y se esperan denuncias en las próximas horas.

Esta escalada indicaría que el gobierno se enfrenta con un serio problema de corrupción interna. De profundizarse esta tendencia, Milei se enfrentaría entonces a un nuevo e importante riesgo de desgaste.

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