Por Carlos Tórtora.-

De no modificarse la actual tendencia -lo que es difícil-, Avanza Libertad sería en las PASO la tercera fuerza bonaerense, ya que hoy suma alrededor de 12 puntos, duplicando prácticamente la intención de voto de Florencio Randazzo, quien le sigue en cantidad de votos. Estos números, de consolidarse para el 14 de noviembre, plantean una serie de alternativas. En caso de consolidarse entonces el crecimiento de José Luis Espert, el mismo significaría que éste le drenaría por derecha unos cuantos votos a Juntos, provenientes de los sectores más críticos de la clase media del conurbano y también del campo. Este crecimiento liberal favorecería así indirectamente el triunfo del Frente de Todos, que no sufre merma alguna de votantes por parte de ningún partido de centroizquierda. En la Casa Rosada saben que Espert será un opositor intransigente en el Congreso, pero la urgencia prioritaria -y eso es lo que festejan- es debilitar al macrismo. Por otra parte, según los cálculos oficialistas, sería casi imposible que los diputados liberales -empezando por Javier Milei- se sumen a la coalición opositora, pudiendo coincidir con ésta en su voto en forma esporádica.

La otra alternativa sería que ocurra lo contrario y que la tercera fuerza liberal se diluya después de las PASO, imponiéndose el argumento de que debe primar la idea del voto útil. Esto es, apoyar a Juntos para doblegue en la Cámara de Diputados al kirchnerismo. Sin embargo, la idea de voto útil en una elección legislativa es más difícil de instalar. Se trata de legisladores y el votante no tendría la impresión de estar desperdiciando el voto por apoyar a una fuerza menor. No obstante ello, si Espert se afianza, a Juntos no le quedaría otro remedio que ser más agresivo con el gobierno para intentar captar parte del voto liberal. Sin embargo, en este punto la coalición opositora se topa con un inconveniente extra: se portaestandarte en Buenos Aires, Diego Santilli, es justamente uno de los candidatos menos indicados para ir al choque contra el kirchnerismo. Famoso por su perfil dialoguista, Santilli tiene un discurso demasiado moderado y le escapa a toda confrontación con el oficialismo, por lo cual le sería casi impensable seducir al electorado liberal.

Olivosgate

También juegan en esto las variables nacionales. Por ejemplo, no hay todavía indicadores precisos acerca de cuál sería el impacto en las urnas del Olivosgate. Tampoco se sabe si los votos que éste vuelque hacia la oposición irán a Juntos por el Cambio o a Espert y Milei, o a ambos sectores proporcionalmente. El kirchnerismo apuesta a que el escándalo siga la trayectoria que tuvo su antecedente, la vacunación VIP, que hoy no tiene casi impacto directo en la intención de voto.

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