Por Carlos Tórtora.-

El viernes pasado se pudo ver a un Javier Milei totalmente inusual. No sólo asistió a una reunión con los principales diputados nacionales del oficialismo sino que pareció intentar manejar la reunión. Por primera vez desde el inicio de su mandato, el presidente pareció decidido a hacer política, lo cual no sólo no le gusta sino que lo irrita de sobremanera. Este cambio no fue el resultado de una decisión elaborada, sino la reacción desesperada ante el derrumbe del oficialismo en el Congreso, con varias derrotas consecutivas.

¿Finalmente ha comprendido Milei que no puede seguir ajeno a la toma de decisiones políticas y que no puede delegar todo? Es difícil pensar que la crisis ha producido un cambio. Lo más probable es que el presidente vuelva a refugiarse en su aislamiento, interrumpido sólo por las sesiones de sadomasoquismo con Mauricio Macri.

El entorno presidencial está herido, aunque muy lejos de haber colapsado. Karina Milei muestra muy escaso talento político y su armado nacional de La Libertad Avanza progresa penosamente.

Santiago Caputo, por su parte, tampoco muestra condiciones para negociar y acordar y se dedica a golpear a Macri mientras se enfrenta con casi toda la dirigencia política. Y Guillermo Francos, el único que tiene condiciones para el trabajo político, está obviamente desgastado por haber tomado docenas de compromisos con gobernadores y legisladores que luego fueron ignorados por Milei.

El bloqueo

Como quedó claro en las últimas horas, ahora el eje de la acción oficial pasa por evitar que la posición reúna los dos tercios para ratificar la ley de movilidad jubilatoria, cuyo veto acaba de firmar el presidente.

Esto obviamente es imposible en el Senado, donde el oficialismo se encuentra en franca minoría. Pero toda la artillería libertaria apunta a Diputados y no es sólo por la ley de movilidad jubilatoria. Es que, si en la cámara baja se va consolidando una mayoría de dos tercios, más temprano que tarde se puede instalar la iniciación de un juicio político al presidente.

Que el tema en definitiva prospere o no ya es otra cuestión, pero la posibilidad sola de su inicio coloca a Milei ante una situación muy incómoda. Situación de la cual sólo saldría si todo se estira y el año que viene la Libertad Avanza aumenta significativamente su número de diputados.

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