Por Guillermo Cherashny.-

En el ámbito militar se entiende por velo al “conjunto de medidas destinadas a ocultar un plan, operación o actividad de reunión de información sobre el enemigo”.

Por su parte, el engaño es definido como el “conjunto de actividades destinadas a proporcionar al enemigo un cuadro físico falso de la situación, para desorientarlo e inducirlo a proceder erróneamente o a deducir falsas conclusiones”.

En definitiva, el propósito de las operaciones de velo y de engaño es lograr que el enemigo actúe erróneamente, y de esto obtener ventajas que no se podrían conseguir de la simple confrontación de fuerzas, de manera tal que le demande un esfuerzo que le insuma desgaste o un desperdicio de su poder de combate.

Si bien la toma de Guernica por parte de movimientos sociales y vendedores de terrenos a los pobres no fue una operación militar, su desalojo exigía una medida quirúrgica por temor a lo que en política se llama evitar el «primer muerto» en un régimen elegido por el pueblo y más si el gobierno es peronista de características «progresistas» como el del gobierno del Frente de Todos.

Así fue que Sergio Berni, el ministro de seguridad de la PBA, declaró por la televisión que el desalojo no se haría el miércoles o jueves por las lluvias anunciadas. Sin embargo, en la madrugada del jueves, en un operativo relámpago, sólo se produjeron incidentes por 10 minutos y la policía de la PBA logró desalojar el predio ocupado durante 40 días y significó un gran triunfo de Berni, cuestionado por los sectores duros del cristinismo y el progresismo periodístico y la ministra de seguridad Sabrina Frederic, que toleraba las tomas de tierras al decir que sólo serían delitos si la Justicia así lo decide. De este modo, Berni, apoyado por Cristina, dejó mal parado a Horacio Verbitsky y el CELS y en cierta forma a la Casa Rosada, que lo mira con desconfianza.

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