Por Guillermo Cherashny.-

Este fin de semana se produjo un tiroteo en la inauguración de un local de Nuevo Encuentro. Trascendió que estaban pinchados los teléfonos de varios funcionarios, entre ellos el de Isela Costantini, presidente de Aerolíneas Argentinas. Además, destrozaron el despacho que usaba antes de su despido Jaime Stiuso.

En cuanto a los balazos en el local de Nuevo Encuentro, las hipótesis son varias y en primer lugar se señala que un loco vinculado al PRO sin militancia, molesto por la música y los ruidos del local, desató su fastidio de ver a los cristinistas «resistiendo con aguante» y se zarpó y disparó con su pistola desde un edificio cercano. En segundo lugar, se sostiene que un sector del gobierno que dice que Bullrich, Burzaco y Millman no sirven para nada le «hicieron una cama a la ministra» para no dejarla tranquila después de los tropiezos sufridos pro la triple fuga y buscan sustituirla. En tercer lugar, se menciona un «autoatentado», es decir, que los cristinistas quieren quedar como víctimas, y se dice que muchas vainas fueron encontradas por los militantes de Sabbatella y no por la policía científica. Pero está claro que este hecho debe esclarecerse pese a que Sabbatella lo atribuya al PRO al decir que Macri utiliza un lenguaje violento que permite o autoriza a cometer actos de este tipo, lo cual es un completo disparate, ya que el lenguaje presidencial dista de ser violento.

En cuanto a las pinchaduras telefónicas, todas las miradas se dirigieron a Silvia Majdalani, la nueva 2 de la SIDE -ahora AFI-, por lo cual la ex diputada nacional hizo renunciar a su jefe de gabinete para salvar al Director de Contrainteligencia, un profesor de la Escuela de Inteligencia amigo de Majdalani que no está capacitado para el cargo. Otro de los cuestionamientos a la AFI es para el Director de Finanzas, Juan José Galea, que ocupó ese cargo con Santibáñez y Darío Richarte, el Señor 8 en tiempos de Fernando de la Rúa. Richarte, un abogado penalista, fue defensor de funcionarios corruptos del kirchnerismo pero hoy está alineado con Daniel Angelici, el presidente de Boca, quien lo tiene en la comisión directiva de ese club. Galea fue durante años tesorero y socio de Sergio Szpolski, que recibía pauta oficial y dólares en negro de Francisco Larcher, el ex señor 8 del kirchnerismo y, si bien a Galea no se le conoce filiación política, sí es cercano al viejo grupo «sushi», el sector que se asimiló a los K y que, vinculados a Jaime Stiuso, desde diciembre de 2014 se quedaron sin apoyo de la SIDE, SI, después AFI. Pero la banca de Angelici le permitió a Richarte volver a caer parado en el área de inteligencia y colocar a Galea para manejar la «caja» de la AFI. Como se ve, entre la falta de experiencia y el reciclado, las falencias en seguridad e inteligencia no se pueden disimular.

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