Por Sebastián Dumont.-

La provincia de Buenos Aires tira. Es indefectible. Podrán algunos ser oriundos de otros rincones de la Argentina, pero cuando pisan el territorio bonaerense quedan enganchados de alguna manera. Cuando María Eugenia Vidal asumió la gobernación se puso la lupa sobre los integrantes de su gabinete y el pedigree que podían mostrar en cuanto a la experiencia en esas siempre convulsionadas tierras de barones y un conurbano que resume las distintas problemáticas del país. En plena negociación para que se apruebe el presupuesto de este año y el endeudamiento que pide Vidal, asoman los dos hombres de mayor confianza de la gobernadora, Federico Salvai y Manuel Mosca. Uno es el Ministro de gobierno y tiene pasado bonaerense al haber sido, en sus comienzos, un colaborador muy cercano a la senadora Maria Laura Leguizamón, otrora duhaldista y ahora amiga personal del CFK.

Reunión clave el viernes para destrabar el presupuesto, pero sobre todo el endeudamiento que pide Vidal y que los intendentes del Frente para la Victoria junto con los legisladores quieren limitar. El encuentro lo encabezó Federico Salvai, el hombre político del gabinete de la gobernadora. Del otro lado, viejos y nuevos lobos de mar que tienen experiencia en estas lides de sacar provecho de las negociaciones. Quieren asegurarse plata sin devolución para poder hacer obras. Manual de primer grado en el conurbano. Las obras son la manera de hacer caja y además política. Sin olvidar que resuelven problemas estructurales. A veces. Durante el kirchnerismo, las empresas las elegían desde el ministerio de infraestructura y dejaban alguna participación a los jefes comunales. La provincia esta casi ajena a esa discusión. Ahora, con el cambio de gobierno, los intendentes buscan recuperar cierta autonomía para no tener que peregrinar a las oficinas de Olivos.

Como en los tiempos de Duhalde, buscan que esas acciones se definan en la ciudad de La Plata. En definitiva, buscando en su pasado, Federico Salvai tiene algún roce con aquellos años del duhaldismo. Fue chofer de María Laura Leguizamón, hija de un escribano muy cercano al ex presidente y siempre mirada de reojo por Chiche Duhalde.

Federico Salvai es salteño de nacimiento y considerado muy hábil para moverse. Se casó con la actual ministra de desarrollo social Carolina Stanley. Ahora es el negociador clave donde la gobernadora deposita su confianza. Y él se esfuerza para encontrar el equilibro entre mayoría de alcaldes peronistas y las nuevas formas que quiere llevar adelante el PRO.

Ahora, los que conocen los pasillos de la legislatura bonaerense, aseguran que el hombre de máxima confianza de Vidal en términos políticos es el vicepresidente de la Cámara de Diputados Manuel Mosca. Al menos así lo era hasta que se cayó la sesión antes de fin de año. Igual nada indica que esto haya cambiado. Mosca también tiene pareja dentro del PRO, se trata de Gladys González quien intentó arrebatarle Avellaneda a Jorge Ferraresi, quien ahora hace kirchnerismo furioso y se proclama para conducir el PJ bonaerense.

Fin de semana de mucha acción, donde por ahora parece descartada la posibilidad que se sancione un decreto para la emergencia económica como habría sugerido el massismo a Vidal. Los más esperanzados creen que el martes podría darse la bendita sesión para aprobar el presupuesto y su endeudamiento.

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