Por Sebastián Dumont.-

Fernando Espinoza va camino a convertirse en el Herminio Iglesias de estos tiempos dentro del peronismo, con la tremenda consideración que hizo en la reunión de los intendentes que se desarrolló en Bolívar el martes pasado. “Si el Conurbano se levanta, Macri se cae y Vidal va a tener serios problemas para gobernar”. El kirchnerismo no se aguanta fuera del poder y esas reacciones como la del Presidente del PJ llevan a la división misma del propio peronismo, ya que varios de los alcaldes salieron a cruzarlo y a mostrar su desacuerdo. La guerra de guerrillas que planean en el conurbano.

Mientras Fernando Espinoza construía con su prosa arrabalera su propio cajón de Herminio, en otro rincón del conurbano, el intendente ultra K de Avellaneda reunió a un grupo de concejales K de distintos distritos de la primera sección y los arengó a sostener en sus distritos “una guerra de guerrillas”. Al mejor estilo montonero, cuanto peor, mejor. La idea es no perderles pisada a los gobiernos locales que no están en manos del Frente para la Victoria, para marcarles todos los errores y hacer política con eso.

Pero no todos están de acuerdo y se observa una gran anarquía dentro de la fuerza creada por Juan Domingo Perón y reformada por el kirchnerismo. A su manera.

En ese marco, aparece como horizonte una fecha clave que podría demostrar aún más las internas propias del cristinismo. El 13 de abril, cuando la ex presidente tenga que declarar ante el juez Claudio Bonadío. Se está preparando una movilización donde muchos intendentes del conurbano no quieren participar. Están abocados a distanciarse lo más posible de esa postura, aunque les va a costar. Encabeza la maniobra el hombre de Lomas, Martín Insaurralde.

Otro dato a esta gran ensalada es que Cristina Kirchner no ve con malos ojos que Daniel Scioli, sí el mismo tantas veces denostado, sea el presidente del PJ. Raro, pero real. Y todavía hay más. En el cristinismo talibán hay una idea de que el ex gobernador sea el candidato que encabece la lista el año próximo, si es que CFK decide o no puede presentarse.

En medio de toda esta situación y la nefasta expresión de Fernando Espinoza, se agitan los mismos fantasmas que alentó el por entonces intendente de Merlo Raúl Othacehé. Allá por el 2001, dijo que si los intendentes del conurbano querían, el presidente duraba unos minutos. Lo de ahora, un calco. Es de esperar que el resultado sea distinto.

Para sumar más datos a esta novela, existe malestar con la gobernadora de parte de un sector de las fuerzas policiales por la reforma que lleva adelante el ministro de seguridad Cristian Ritondo. Es más, existe un fuerte rumor de que en La Matanza se estaría preparando una protesta policial el sábado, cuando se pongan en marcha los cambios en la policía.

En este sentido, los movimientos son muy extraños. A pesar de las movidas de Ritondo, el ex jefe de la policía Hugo Matzkin sigue teniendo influencia. Para muestra basta ver lo que sucede en la zona norte y noreste del conurbano, donde el jefe departamental de Pilar, comisario Lute, pasaría a la zona de Moreno y General Rodríguez. Los entendidos dicen que ese dato es una muestra de la situación actual.

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