Por Guillermo Cherashny.-

Hace unos días escribimos que el gobierno estaba dispuesto a enfrentarse a CILFA, la poderosa cámara que agrupa a los laboratorios nacionales, que en dos años aumentó los precios de los medicamentos entre el 150 y el 200%, lo que encarecía el gasto del PAMI, que en medicamentos es el 30%, o sea 32.000 millones anuales.

El intento del gobierno se limitó a una reunión del presidente Macri con Eduardo Sielecki, el socio del proscripto y denostado Hugo Sigman, al cual el presidente se la tiene jurada. Pero la conversación fue más amigable de lo que se preveía ya que el presidente le dijo que a Sielecki -también cuñado de Héctor Timerman- que lo tranquilice a Ramoncito Cereijo, el capo de Farmalink, la intermediaria de CILFA que otorgaba beneficios individuales a las autoridades del PAMI y ahora esos beneficios, que eran del 3%, se subieron al 5%; pero se blanqueó, por lo cual ése será el porcentaje irrisorio que bajaron los medicamentos, o sea una nueva operación de marketing que el gobierno le «vende» a la opinión pública: que logró una importante baja en los medicamentos que no es tal sino que es mínima pero que se «vende» como que un gobierno de derecha logra apretar a los grandes laboratorios de bajarles los precios a los abuelos, cosa que no hicieron los gobiernos nacionales y populares.

En definitiva, un show mediático que no aliviará la pesada carga que tienen los jubilados argentinos.

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