Por Guillermo Cherashny.-

En fuentes políticas y eclesiásticas se señala que el papa está muy preocupado por la situación económica de la Argentina, porque lo ve al presidente Macri muy desorientado y, como el papa piensa que el presidente es un frívolo sin visión intelectual y muy empecinado a un ajuste que deje más pobres en el país, cree que en el 2019 una gran interna del peronismo unificado puede lograr una victoria y desplazarlo del poder.

En efecto, desde Roma piensan que Cristina, con un núcleo duro muy fuerte, es la figura principal del peronismo. Pero, aunque la situación económica se agrave y más aún si hay una crisis parecida a la de finales del 2001, no puede ganarle en un ballotage a Macri. En cambio, si ella se convierte en la gran electora impulsando una gran interna abierta en las PASO sin exclusiones, se puede derrotar más fácil al gobierno. También si acepta que un hombre del peronismo alternativo se convierta en el candidato de todos los sectores del justicialismo, como podría ser el economista Roberto Lavagna, quien tiene un master en una universidad jesuita de Bélgica.

Pero cualquiera sea el dirigente peronista que aglutine al movimiento de Juan Domingo Perón, tiene todos los boletos para derrotar a la fracasada intentona liberal que encarna Mauricio Macri, a la que identifica con el capitalismo salvaje que tanto detesta.

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