Por Carlos Tórtora.-

La negociación final para armar el gabinete bonaerense fue casi instantánea comparada con el gabinete nacional. Es que Axel Kicillof arregló con su jefa quedarse con las áreas económicas y sociales y dejarle a ella el control de la seguridad, Sergio Berni, y de la Justicia, Julio Alak, además de Salud, Daniel Gollan, y de gobierno, Teresa García. Si Martín Mena asume como segundo de Marcela Losardo en el Ministerio de Justicia nacional, él conformaría con Alak un eje, en tanto que Berni haría lo propio con Sabina Frederic, la ministra de seguridad.

Mientras se resolvía el esquema de poder bonaerense, a nivel nacional empezaba la pulseada por las segundas líneas de los ministerios. Esto sin olvidar que siguen en blanco la conducción de la AFI, la Procuración General de la Nación y la Presidencia del banco Nación.

Se repetiría el esquema

En lo que hace a las segundas líneas, un planteo de varios meses atrás decía que ése iba a ser el objetivo central de La Cámpora: posicionar a secretarios de estado que después podrían ser ministros. Lo que ocurrió es que Alberto Fernández cedió bastante y La Cámpora obtuvo en las primeras líneas más de lo que esperaba. Ahora la pelea por los segundos cargos de cada ministerio se da en un plano de gran movilidad, ya que la mayor parte de los ministros no tienen peso propio y deben admitir que les impongan desde arriba a su segundo. Ahora es el momento de ver si el cristinismo continúa presionando -lo que se da por descontado- y si Alberto continúa cediendo, lo que también es muy probable. Las próximas 24 horas serán decisivas en esta materia.

Share