Por Sebastián Dumont.-

El intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, dijo días atrás que los intendentes tenían que hacerse cargo del partido justicialista bonaerense. Está claro que la intención de los alcaldes es tomar el protagonismo y la conducción de un nuevo esquema dentro del peronismo que, alejado del poder, necesita buscar la forma de recuperarlo lo más rápido posible. Y creen que es desde los territorios. Pero en esa intención han comenzado a mostrar una serie de contradicciones importantes y algunos zigzagueos que llaman la atención. Qué postura tomarán cuando regrese en marzo a la calle Cristina Fernández de Kirchner es una incógnita. Además, van desde su apoyo a la gobernabilidad a manifestarse a favor de Milagro Sala, de quien nadie duda que su accionar con los planes es más que dudoso.

Hace tiempo que planteamos en este mismo espacio que los intendentes del conurbano estaban buscando la manera de sacarse de encima el sello del Frente para la Victoria y volver al “peronismo”. En ese camino, hay varias contradicciones manifiestas en las últimas horas. Por una lado, el apoyo a Milagro Sala es una de ella. Nada tiene que ver con el peronismo lo que hace la jujeña con el manejo dictatorial y poco claro que los planes. Además, si quieren diferenciarse del cristinismo, al menos el silencio sobre el caso Salas hubiera sido lo ideal.

Sea correcta o no la detención de Milagro Sala, forma parte de los emblemas del cristinismo que llevaron al triunfo de Mauricio Macri. Es más, las marchas que realizan por estas horas en la plaza representan un sector ortodoxo del Frente para la Victoria pero con dudosa representación electoral.

La discusión del presupuesto fue una plataforma que utilizaron los intendentes para darse cuenta que la representación en la legislatura debe cambiar. Es que se sometieron a los designios del kirchnerismo sin alzar la voz y ahora pagaron las consecuencias.

Ahora hay un grupo nuevo que busca mostrarse con una dinámica distinta y que busca encontrar canales para acercarse a actores más racionales como Massa o Urtubey. Pero no se animan a cortar de manera definitiva el cordón umbilical con CFK. ¿Carpetas? Quizá sea una parte de la respuesta.

Tarde o temprano, tendrán que tomar la decisión. O siguen siendo parte de un espacio que avala a Milagro Sala y Sabbatella, quienes nunca creyeron en la lógica del peronismo. Los comunistas siempre fueron profundamente gorilas y antiperonistas.

Además, Cristina Kirchner les dará varios argumentos. Uno de ellos será que volverá a caminar la provincia de Buenos Aires, quizá en marzo, e insistirá en recostarse sobre los jóvenes de La Cámpora.

Sin dudas, el clima de época lo marca Martín Insaurralde. El alcalde de Lomas de Zamora hace todas las piruetas habidas y por haber. Un día acompaña a Macri en un acto, luego se muestra con Vidal y Joaquín De La Torre, más tarde con sus pares intendentes y por último recibe a Scioli. Es la fiel expresión de la todavía conducción reinante en el Frente para la Victoria, que aún no se anima a dar el paso y dejar atrás un pasado que nunca los sintió como propios.

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