Por Guillermo Cherashny.-

El gobierno envió al congreso el presupuesto nacional para el año 2017, el primero de esta administración, y anunció una pequeña suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias a la cuarta categoría. Y para ello negocia con los gobernadores del PJ, ya que ese impuesto es coparticipable en un 100%. Ante la segura oposición del Frente Renovador de Sergio Massa y la nueva CGT, los gremios quedaron afuera.

Como los gobernadores están necesitados de fondos para gastos corrientes y dependen del gobierno para que les autoricen nuevos préstamos del exterior, éste les exige que no acompañen a Massa y la CGT en su intento de derogación lisa y llana del impuesto a las ganancias a los trabajadores, como prometieron Macri y Massa en la campaña pero que hoy el presidente, para no aumentar aún más el déficit fiscal, no sólo no quiere derogarlo sino autorizar sólo un mínimo aumento del mínimo no imponible, muy lejano a la inflación de estos años, ya que, si se aplicaran los índices reales, el mínimo no imponible debería ser de $ 50.000.

De este modo, el oficialismo busca romper en diputados y senadores a los sectores que le votaron el pago a los holdouts, como son el FR, el bloque justicialista en diputados y los senadores que siguen a Miguel Pichetto en el senado y enfrentarlos con los gobernadores peronistas necesitados de fondos.

Algo parecido pasa con el aumento de tarifas, donde las provincias petroleras donde no están todos los gobernadores sino 5 ó 6 de ellos asociarlos en el aumento del precio del gas boca de pozo, donde esas provincias reciben regalías, o sea, ingresos fuera del presupuesto nacional, y que se contrapone con los consumidores, que les tienen que pagar a las compañías privadas.

Así las cosas, todo indica que, pese a estas discusiones, el presupuesto saldrá aprobado con el apoyo de todos menos el cristinismo.

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