Por Malú Kikuchi.-

En el Antiguo Testamento, en el libro 1° de Samuel, se cuenta que: “17/3. Y los filisteos estaban sobre un monte, e Israel sobre otro monte y el valle entre ellos. Salió de entre los filisteos su paladín, Goliat, de 6 codos y 1 palmo de altura. Traía casco de bronce y cota de malla, sobre sus piernas grebas de bronce y jabalina de bronce sobre los hombros.”*

“Y dio voces a los escuadrones israelíes diciéndoles: Escoged entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él me venciere, nosotros seremos vuestros siervos, y si yo lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos. Saúl* y todo Israel tuvieron gran miedo. David apacentaba las ovejas de su padre.”

“Goliat mañana y noche repetía el desafío, y eso durante 40 días. David dejó las ovejas al cuidado de un guardia y fue al campamento cuando se pusieron en orden de batalla filisteos e Israel. Salió Goliat y dijo las mismas palabras y David las oyó. Y tomó su cayado y 5 piedras lisas del arroyo, las puso en el zurrón, y tomó su honda y se fue hacia el filisteo.”

“Y David tomó una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; donde la piedra quedó clavada y cayó sobre su rostro en tierra. David se puso sobre el filisteo; y tomándole la espada, le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.”

El poder ejecutivo de una nación, en particular el nuestro, que se ha arrogado el manejo de los demás poderes, es un aparentemente invencible Goliat, enorme, fuerte, retador, muy bien pertrechado. Pareciera imposible enfrentarlo con alguna posibilidad de ganarle. Pero no sólo en la Biblia existe David. En la vida de hoy, acá, en Argentina, tenemos nuestro David, se llama Carlos Fayt.

¿Quién es Carlos Fayt? Salteño, nacido en 1918, abogado de la UBA, su primera tesis en la que discutía la Constitución Nacional de 1949 (primera presidencia de Perón), no se la admitieron, tuvo que escribir sobre otro tema. Hasta 1958 tuvo fuertes simpatías por el socialismo de Alfredo Palacios.

Nunca le gustaron, ni la UCR ni el PJ a los que acusaba de “comprar votos”. Siendo Illia presidente, le ofreció la presidencia de la Corte Suprema, que no aceptó, porque le hablaron de aumentar el número de miembros. Profesor universitario de ciencias políticas, lo fascinó el fenómeno peronista al que le dedicó alguno de sus libros; en total escribió 35 libros de los cuales 32 sobre derecho. Y una saga histórica, desde Grecia hasta el siglo XX.

Su primer y único cargo público ha sido y es, el de ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación desde 1983, ininterrumpidamente. Fue presidente de la misma unos meses en 2002 y luego volvió a ser ministro. Tuvo un intento de juicio político que no prosperó, cuando recibió un llamado pidiéndole que aprobara la pesificación y Fayt colgó el teléfono.

Religiosamente, los imperdonables pecados capitales de Fayt son: honestidad intelectual (la otra se da por descontada); independencia total de cualquier influencia de cualquier tipo; no se lo puede “carpetear”; tiene dignidad; juzga ateniéndose a derecho y tiene una brillante y envidiable lucidez. Y 97 años.

Jurídicamente, los imprescriptibles delitos de Fayt son: honestidad intelectual (la otra se da por descontada); independencia total de cualquier influencia de cualquier tipo; no se lo puede “carpetear”; tiene dignidad; juzga ateniéndose a derecho, y tiene una brillante y envidiable lucidez. Y tiene 97 años.

El Dr. Carlos Fayt es muy molesto para el poder ejecutivo. No puede con él. El único flanco que han encontrado para atacarlo es su edad y decir abiertamente, que los años no le permiten tener la lucidez suficiente como para ocupar el cargo que ocupa. Que debe renunciar. Rogamos que no lo haga, la ausente justicia argentina lo necesita para existir.

“Sobre un monte”, todo el poder del poder ejecutivo, desde la presidente a sus alfiles, están abocados a destruir (¡como si eso fuera posible!) a ese magnífico y honroso prócer del derecho que es el Dr. Fayt. Y “sobre el otro monte”, del lado de la razón, con su sabiduría, su lucidez y su enorme experiencia, el físicamente frágil Carlos Fayt.

Quieren hacerle una prueba psiquiátrica y/o neurológica, para constatar su idoneidad mental. ¿Por qué no hacerlo con la presidente que se desmaya con frecuencia, se cae con frecuencia, que ha sufrido una operación de un hematoma subdural craneano; que tiene vivibles cambios de humor y enojos públicos memorables? En tren de hacer pruebas, ¿por qué no una rinoscopía a todos los ministros del ejecutivo? ¿Y un examen sobre Constitución Nacional a todos los diputados y senadores del partido que sean?

Volvamos al principio: Goliat tenía todo a su favor, David era un muchachito con una honda y 5 piedras. Usó una sola. David mató a Goliat, “y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron”. Hegel y Marx*, personajes muy respetados por el FPV, decían que “la historia se repite, la 1° vez como tragedia, la 2° como farsa”. Apostemos a que se repita.

* Me he tomado la libertad de achicar el texto bíblico, sin cambiar una sola palabra. 1° libro, 17, desde ítem 3 hasta el 51, muy reducidos.

* Saúl, 1° rey de Israel.

* Lo dijo Hegel, lo escribió Marx en “El 18 Brumario”, 1851.

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