Por Guillermo Cherashny.-

Con la negativa de La Cámpora a votar el endeudamiento que reclama María Eugenia Vidal, las gestiones de Federico Salvai y Manuel Mosca con el resto de los legisladores provinciales del FpV se intensificó en las últimas horas y con una deserción importante, ya que el diputado Walter Abarca, de Saladillo, en la séptima sección electoral, y ex secretario de Néstor Kirchner, olvidó sus enconos con la ex Presidente y se puso en una posición intermedia, es decir, quiere postergar la sesión del día de hoy para la semana próxima, lo que es inaceptable para Cambiemos y el Frente Renovador. Pero como Abarca quiere remplazar a José Ottavis en la presidencia del bloque, se separó de Fernando Navarro y Horacio González, ex presidente de la Cámara que, de acuerdo con los intendentes, aceptarían aprobar el endeudamiento por 60.000 millones de pesos, donde 10 o 15.000 millones irán a los municipios y en torno a estos números los intendentes presionan.

La pregunta que se hacen todos los bloques es si vuelve a sonar el teléfono y Cristina vuelve a sabotear la sesión. Y la respuesta es que se declara la emergencia financiera, modificando la Carta Orgánica del Banco Provincia, que podría financiar a la gobernación con 73.000 millones de pesos. En ese caso, a los intendentes con territorio pero sin diputados sólo les darán «anchoas en el desierto», lo que dejará a todos los intendentes de todos los colores sin fondos, por lo cual 14 diputados del FpV votarían el endeudamiento pedido.

Este sabotaje se extiende al campo político, ya que el «Cuervo» Larroque le exige explicaciones a Bossio por su concurrencia al asado que organizó Sergio Massa en Pinamar y, como Bossio es diputado nacional y un referente nacional en esa cámara por repartir fondos en todas las provincias desde la ANSES, los camporistas temen que la fuga de Bossio aliente otros pases, aunque no directamente al Frente Renovador pero bastante cerca.

Todo indica que hoy el bloque de diputados del FpV se dividirá en dos o tres grupos, a saber: La Cámpora y aliados, un sector del PJ que comanda Abarca y el movimiento Evita de Navarro y Pérsico, aunque todos temen un llamado de Cristina para disciplinarlos y sabotear la sesión nuevamente.

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