Por Guillermo Cherashny.-

Pocos pensaban que un joven militante de Franja Morada de Derecho, que nació en Villa Soldati -entonces la parroquia 23, hoy comuna 4-, se convertiría en un político más importante que un Presidente de la República. Ese joven radical que admiraba el liderazgo silencioso del «Coti» Nosiglia, entró en los negocios vinculados a la política para luego entrar de lleno en ella. Así fue como se relacionó con el «Cachi» Gutiérrez, el intendente radical de Pergamino, y entró en el negocio de los bingos y fue edificando una fortuna personal. Y más o menos en 2003, cuando Macri dejó la presidencia de Boca y Angelici estaba en la comisión directiva, organizó la «pata» radical del PRO, incorporando a Martín Ocampo y Juan Sebastián Destefano, entre otros boinas blancas. No se sabe cómo además del juego siguió su carrera manejando la Justicia de la Capital Federal en sociedad con Juan Manuel Olmos, el actual jefe de gabinete del actual presidente, y al tiempo que fue tesorero de Boca Juniors con Ameal y se dio el lujo de «forrear» a Juan Román Riquelme con el valor del dólar -cuestión que la costaría más adelante la reelección como presidente de Boca-, desde el club más popular del futbol comenzó su poder ilimitado en Comodoro Py, ya que integró una comisión de seguridad con los fiscales federales Plee y Stornelli y el juez Alfredo Lijo, entre otros.

Cuando Macri asumió la presidencia del país, Daniel Angelici en pocos meses tomó el control de casi todo Comodoro Py. En realidad, Cristina le facilitó la tarea cuando en 2013 intentó la elección popular de los delegados al Consejo de la Magistratura y el Código Procesal Penal, que les quitaba todo el poder de decisión a los jueces y se lo otorgaba a los fiscales, cortando de ese modo la «caja negra» de los jueces y los abogados penalistas, a quienes se les terminaba la «facturación» blue. Y ese error de Cristina le generó el odio eterno de Comodoro Py, situación que aprovechó Angelici con el apoyo total del entonces presidente Macri.

Con Macri en el poder, Angelici se convirtió en el «zar del juego» y dueño de Comodoro Py. Al conocerse los pormenores  de la llamada «Gestapo antisindical», se ve claramente cómo Angelici -a través de su poder en los servicios de inteligencia y la justicia- cumplió las órdenes del presidente de «bajar el costo laboral» a cualquier precio y al margen la ley, de ahí que con Alberto Fernández en la presidencia y su renuncia a «operar» en los tribunales federales le dejó el campo libre al ex presidente Boca, que es igualmente valorado tanto por Macri como por Rodríguez Larreta, y por qué no a Bullrich, Cornejo y Morales, que aspiran a manejar fondos públicos. En cambio, ni Martín Lousteau ni Facundo Manes parecen apreciar el creciente poder del hombre clave de la política argentina hoy.

Bonus track: unos dias ante de la elección de Boca Juniors en noviembre del 19, el «Coti» Nosiglia rompió la alianza histórica con Angelici y apoyó a Riquelme. Y hoy paga las consecuencias.

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