Por Sebastián Dumont.-

Aunque ya pasaron varias semanas, aún en la provincia de Buenos Aires se especula con los términos de la charla que mantuvieron en Roma, María Eugenia Vidal y el Papa Francisco. Conocido el aprecio personal del sumo pontífice por la mandataria provincial, trascendió que los términos de la charla habrían sido mucho más duros de lo que se creyó en un principio. El enojo por de la Iglesia por el avance de la ley de despenalización del aborto ha puesto la relación con Cambiemos en su pico de tensión. La postura Vidal es a favor de la vida y lo hace saber mediante gestos. La pregunta es si alcanzará con ello para volver a encauzar los vínculos que supieron ser clave en las elecciones del 2015. Si bien aún falta mucho camino por recorrer para el año electoral, hay otro sector importante de la comunidad que resultó decisivo para el éxito del ahora oficialismo en los comicios de hace dos años: los docentes. Muchos de ellos se convirtieron en fiscales voluntarios de la candidatura de Macri y Vidal. Ahora la tensión no es sólo gremial.

Vayamos por partes. La relación de Cambiemos con la Iglesia está dañada. Ello es si me mira al oficialismo en la figura de su máximo referente Mauricio Macri. No hay un solo obispo que piensa que está el gobierno detrás de la idea de aprobar la despenalización del aborto, más allá de lo que se exprese de manera pública. A ello atribuyen los cambios de opinión de algunos legisladores clave. El más reciente es el de la senadora por la provincia de Buenos Aires Gladys González quien fue compañera de fórmula de Esteban Bullrich en las elecciones del año pasado. Pero lo peor es que en dicha campaña se había manifestado claramente en contra del aborto. Ahora cambió y desató una interna más en el oficialismo bonaerense donde tiene al ministro de gobierno Joaquín De La Torre como máximo referente de la postura “pro vida”. Sugestivos mensajes en las redes sociales de parte del funcionario pusieron de relieve la erosión que este tema genera hacia adentro del oficialismo.

La gobernadora Vidal se fotografió esta semana con un pañuelo de quienes están en contra del aborto. En la era de la “política fotogénica”, suficiente gesto para abrir el camino de las interpretaciones. Ahora, ¿Por qué puede resultar clave la pelea con la Iglesia en términos electorales? Vayamos al ejemplo del 2015.

En aquella ocasión, cuando la disputa en el mayor territorio del país se dirimía entre Aníbal Fernández y María Eugenia Vidal, el rol de la iglesia fue trascendente para volcar la balanza a favor de la actual gobernadora. En cada parroquia se militó el voto para Vidal, que no era para Macri pero que sí intentaba poner un freno a lo que hubiera sido una gobernación de Fernández con lo que ello implicaba en la mira de los sacerdotes de los barrios. Sobre todo de los curas denominados “villeros” que tienen claridad sobre la realidad social del conurbano donde el consumo de paco y otras drogas pone en jaque a toda una generación. De allí que se explique el alto nivel de corte de boleta que le permitió a Vidal acceder al sillón de Dardo Rocha.

Dicha militancia de los curas párrocos, guiados por los obispos de cada diócesis, resultó parte vital para la nueva conformación del poder en la provincia. ¿Cuál sería la actitud ahora? ¿Podrá Vidal despegarse de Macri en ese sentido como le habría sugerido Francisco en su encuentro en el Vaticano? El tema ahora es mucho mal álgido que en aquel entonces. Se pone en juego mucho más con el avance de esta ley. En el país del Papa que se apruebe el aborto parece ser una afrenta muy difícil de poder saldar a futuro. El final de esta historia tendrá impacto electoral en el conurbano. No hay dudas que será así. Aún resta saber cuánto y qué magnitud.

La reciente misa en Luján, y las expresiones en los Tedeum de Tucumán y La Plata son más que elocuentes. La Iglesia se endureció y hoy está compuesta en su conducción por el esquema que más quería el Papa Francisco. Es cierto que hay observadores que coinciden en afirmar que si se hubiera militado antes en cada parroquia barrial la oposición al aborto quizá el efecto en la gente hubiera sido mucho más contundente. Ello sí sucedió en 2015.

El otro frente abierto que aún tiene la gobernadora María Eugenia Vidal es con los docentes. También muchos de ellos fueron clave para las elección del 2015. Es larga la lista de trabajadores de la educación que se anotaron como fiscales voluntarios para cuidar los votos de Cambiemos. La esperanza de aires nuevos en la política argentina era muy fuerte. Hoy no todos ellos piensan de la misma manera. Y en ello hay que diferenciar la puja gremial con lo que sientes hoy muchos docentes que no se ven reflejados en la pelea de Roberto Baradel y la mandataria provincial. El tiempo y la realidad económica parecen darle la derecha al reclamo sindical que se negaba a cerrar una paritaria del 15 por ciento cuando hoy la inflación ya está en ese número.

Será otro sector para volver a reconquistar. No son equidistantes con la Iglesia y sus fieles católicos. Pero será para tener en cuenta a la hora de pensar la estrategia del oficialismo. Quizá esta vez no alcance con la frase de Durán Barba cuando dijo que el Papa Francisco “no mueve más de 10 votos”. En el conurbano no piensan lo mismo. Sobre en los barrios más humildes.

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