Por Carlos Tórtora.-

Como resultado de una suma de errores económicos, políticos y de comunicación, Cambiemos lucha hoy por llegar al ballotage y evitar que Unidad Ciudadana se alce con la victoria en primera vuelta si llega al 40 por ciento con más de 10 puntos de diferencia a su favor. Las PASO del 11 de agosto podrían marcar la tendencia hacia un resultado impensado poco tiempo atrás.

La operación de Marcos Peña al lanzar como globo de ensayo la candidatura de María Eugenia Vidal como vicepresidenta provocó reacciones en el PRO y en UCR. La mayor parte de la dirigencia radical está dispuesta en lanzar una ofensiva final para que Macri le ceda el primer lugar a la gobernadora. Esta maniobra empezaría con la convención nacional de la UCR, donde el gobernador mendocino Alfredo Cornejo estaría consiguiendo el voto mayoritario para imponer su postura: abrir Cambiemos a la posibilidad de nuevas incorporaciones siguiendo el mandato de la convención anterior de Gualeguaychú. En la postura más alineada con el macrismo está la minoría de convencionales que responden al diputado tucumano José Cano, el gobernador correntino Gustavo Valdez, el senador riojano Julio Martínez y Jesús Rodríguez. Como tercera minoría está el grupo que responde a Ricardo Alfonsín, Federico Storani y Juan Manuel Casella que proponen ir con Roberto Lavagna de candidato.

El objetivo final del grupo que lidera Cornejo es que la UCR le pida oficialmente a Macri que dé un paso al costado para abrirle paso a la formula Vidal-Lousteau, que probablemente le permitiría a Cambiemos remontar en las encuestas.

Los mercados parecen acompañar a su manera la posibilidad de que se baje Macri. No hubo conmoción cambiaria alguna ante la formula Fernández-Fernández y probablemente tampoco la habría si Macri renuncia a ser candidato. Hay que recordar que ya algunos empresarios importantes se pronunciaron a favor de Vidal.

En riesgo la gobernabilidad

El cristinismo consolidó en las últimas encuestas un leve crecimiento con su nueva fórmula mientras que el presidente sólo dejó de caer.

Según los cálculos, la ofensiva a favor de Vidal llegaría a su punto culminante en la segunda semana de junio.

Como ningún plan es perfecto, no parece haber un candidato oficialista para reemplazar a Vidal en la gobernación y apenas se habla de la posibilidad de Carolina Stanley.

En el entorno presidencial no sólo aumenta la preocupación por las encuestas sino porque la inminente ofensiva por Vidal deterioraría aún más la imagen presidencial.

Concretamente, si la derrota de Macri en las PASO toca los 10 puntos, hay quienes afirman que podría dañarse seriamente la gobernabilidad. La realidad es que nunca se dio que un presidente perdiera en las PASO con una economía estancada y un alto índice de imagen negativa.

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